Ha terminado la Navidad, se acabaron
las fiestas, las celebraciones, los regalos… Y vuelve la normalidad, el día a
día, los quehaceres cotidianos que a veces nos aburren tanto.
Pero ahora empieza lo bueno. Sí, sí…
La vida pública de Jesús comienza en el Bautismo, Él es instituido por el Padre
y el Espíritu Santo para anunciar la Buena Noticia del Evangelio. Por eso que
ahora comienza lo bueno, lo interesante de la vida del cristiano.
Del mismo modo, cuando nacemos en
nuestras casas hay fiesta, alegría, felicidad…, pero lo realmente interesante y
bueno comienza cuando ya somos bautizados y damos nuestros primeros pasos en la
fe.
Nosotros como Jesús somos bautizados
con fuego y con Espíritu Santo. Por eso la llama que se enciende en el día de
nuestro bautismo no debe apagarse nunca y debemos vivir siempre con la misma
ilusión del primer día, con las mismas fuerzas del primer día y con el mismo
Espíritu del primer día.
A veces desfallecemos, nos cansamos,
nos desesperamos y cansamos, por eso es bueno renovar periódicamente nuestro
Bautismo y reactivar nuestro compromiso de fe.
En este día, tú que dices ser
cristiano, tómate un tiempo para renovar tu fe y retomar tu compromiso con
Dios.
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