Me han gustado vuestras respuestas, Mary, Silvia, José Luis... son originales y están a la altura de la forma de pensar de un niño. Yo, desde luego, no fui tan original, y simplemente le dije: Dios no tiene papá ni mamá, Él existe desde siempre,... pero sí que tiene hijos, y esos hijos somos nosotros, todos los seres humanos, todas las personas, todos los niños y niñas del mundo, pero especialmente aquellos que viven peor, que son pobres o no tienen papá o mamá.
La niña quedó convencida (¿¡!?), pero tenemos que reconocer que es algo que se nos escapa y que el misterio de Dios nunca se puede entender del todo.
Os cuento una pequeña historia:
Estaba San Agustín pensando sobre el Misterio de la Santísima Trinidad, cómo podía ser que fueran tres personas y un solo Dios... y, cansado de tanto pensar, se fue a pasear por la playa. Allí encontró a un niño, que jugaba con la arena de la playa. El muchacho hizo un hoyito en la arena y se acercaba al mar, cogía un cubo de agua y lo echaba al agujero, volvía al agua y repetía lo mismo... Así estuvo toda la tarde. Al final, Agustín se acercó a él y le dijo: "hola, jovencito, ¿qué haces?", "estoy metiendo toda el agua del mar en este hoyo" -respondió el muchacho. San Agustín comenzó a reírse y le dijo al niño: "pero eso es imposible". El niño le respondió: "igualmente es imposible que las personas podamos conocer y entender el Misterio de Dios".
Un abrazo, mangantes
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