Hace unos días, en una de las reuniones de la Fundación Niños Limpiabotas, la psicóloga dijo: "Wilo ya sonríe". En aquel momento no di mayor importancia a esa frase, pero luego pensando en casa, descubrí cuántas cosas hay escondidas detrás de esa afirmación.
Hace un tiempo, cuando el niño vino a la Fundación era difícil verle sonreír, verle contento, animado y alegre. Probablemente su horizonte era gris, no había nada que le hiciera feliz. Pero de un tiempo a esta parte, mucho hemos visto que vive con más alegría, con mayor entusiasmo.
Y yo me digo: ¿Y cuál es nuestro objetivo sino el de hacer sonreír a estos niños? Si hemos conseguido la sonrisa de Wilo, hemos conseguido mucho; si hemos conseguido que su horizonte se llene de color, hemos conseguido mucho y más.
No es fácil en muchas ocasiones trabajar con estos niños, se lo aseguro. Pero cuando uno se encuentra pequeñas historias como la de Wilo, siente que el esfuerzo merece la pena.
Wilo le sonríe a la vida, porque la vida ya le ha sonreido a él.
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