21 de junio de 2011

Tres Quijotes en Santo Domingo


     En la Revista Misionera "Sur y Sal" de la diócesis de Ciudad Real, de donde somos Pepe, Tomás y yo, nos pidieron que escribiéramos alguna cosa para publicarla y darnos a conocer como misioneros manchegos. Esto fue lo que les enviamos y así salió publicado en dicha revista:


Desde hace dos años, José, Santiago y Tomás, conviven en la misma comunidad religiosa e intentan ofrecer una palabra de fe y libertad en Santo domingo, en el barrio de Las Caobas. Ellos tienen muchas cosas en común, pero hay dos que les hace ser distintos, diferentes, especiales y únicos en su especie. Los tres son mercedarios y manchegos, de la provincia de Ciudad Real para ser más exactos.

Villarrubia de los Ojos y su Virgen de la Sierra vieron nacer y crecer a José (Pepe, como le conocen en el pueblo). Famoso era por ir de sitio en sitio haciendo piruetas y acrobacias. Y de salto en salto, de pirueta en pirueta ha visto cómo la gran mayoría de sus años han sido dedicados a las misiones. Primero en África (Rwanda y el Zaire), esquivando disparos y huyendo de la violencia de la guerra; después Puerto Rico y, ahora, en Santo Domingo, recorriendo, como buen Quijote, cada posada, cada casa, cada hogar, cada comunidad que se le ha confiado como párroco de Ntra. Sra. de Guadalupe.

En Herencia aún recuerdan las travesuras de Santi que las mataba callando, pero que nunca se olvidaba de ir a las Flores de Mayo a cantarle y rezarle a la Hermosona. Ella fue la que inspiró su vocación misionera y la que lo llevó a tierras caribeñas para encargarse de la Formación de los jóvenes que quieren ser el día de mañana mercedarios y dedicar su vida a la redención de cautivos. Como buen Quijote, tiene su Dulcinea, que es María de la Merced.

A Tomás, en Fuente el Fresno, le recuerdan todos sus amigos de colegio como el compañero que quería ser misionero, y más de uno le dice en alguna ocasión: “Has conseguido tu sueño”. Tomás dejó los molinos de viento de la Mancha y se marchó a Santo Domingo para luchar, como buen Quijote, contra los molinos de la insolidaridad, de la injusticia, de la marginación y de la pobreza. Allí dirige y coordina la Fundación Niños Limpiabotas La Merced, donde se intenta ofrecer un futuro mejor a esos niños que viven la explotación infantil.

Los tres son muy Quijotes, y sueños no les faltan… Pero saben también, como Sancho, que la realidad es la que es y que hay que luchar mucho para cambiar las cosas y que todos podamos vivir en un mundo más justo y más igual para todos.

Si alguien busca la Embajada de Ciudad Real en República Dominicana, ya sabe dónde está: en la capital, en el barrio de Las Caobas, en esta comunidad mercedaria que sueña con un nuevo amanecer en libertad.

Gracias a la Delegación de Misiones de la diócesis de Ciudad Real por hacernos un hueco y hacerse eco de nuestras ilusiones y sueños misioneros.

Para quien quiera saber más sobre la Delegación de Misiones de Ciudad Real, puede visite el blog:  http://misionesciudadreal.blogspot.com/

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