Obispo brasileño (1909 - 1999) que defendió en todo momento las causas de los más pobres en su país, durante la dictadura militar que acosaba a los más humildes.
En multitud de ocasiones fue amenazado y la fachada de su vivenda fue ametrallada por los militares. Uno de sus más estrechos colaboradores llegó a perder la vida en manos de aquellos que se sentían incómodos por las críticas de este obispo.
Cuando en 1980 Juan Pablo II visitó Brasil, al bajar del avión, le saludó, le miró y le dijo: "¡Dom Hélder, hermano de los pobres y hermano mío!".
Fue candidato cuatro veces al Premio Nobel de la Paz, aunque nunca lo recibió.
El mejor premio fue encontrar la paz en saber que estaba poniendo en práctica el Evangelio de Jesús.
De su autoría es la frase: "Cuando uno solo sueña es un sueño, una fantasía, una ilusión; pero cuando varios, muchos, soñamos juntos, es ya una esperanza, una hermosa utopía".
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