Naci-miento

    

     Hace unos días, una señora me pidió que fuera a su casa a bendecir el Belén. Y allí me presenté, cargado con el Bendicional y el hisopo lleno de agua bendita dispuesta a ser rociada.

     Al entrar en la casa se respiraba un ambiente especial, una devoción y una fe diferente. Cuando entré en conversación con las personas que allí vivían fui descubriendo que en aquella familia Dios ocupaba un lugar importante. Me dirigí hacia el Belén y me quedé admirado. Era un Nacimiento grande, ocupaba la mitad del salón, con muchas piezas, con muchos detalles, con agua que corría, con personajes que se movían. Me encantó ver aquellla "obra de arte" y la verdad es que no sé si me impresionó más el Nacimiento que habían elaborado o aquel que aquellas personas llevaban dentro.
     Cuando me marché, le seguí dando vueltas a lo que había vivido esa tarde y también pensé que hay mucha otra gente que quizá ponga el Nacimiento por inercia, por tradición, porque hay que hacer algo, porque hay que adornar la casa... pero falta el sentimiento, la fe, la devoción... A esa gente podemos decirle que sí, que muy bien, que han puesto el Belén, pero que más bien parece un Naci-miento. Ponen las figuras, adornan la casa, pero falta el espíritu, la fe. Aquello es más bien una farsa, una mentira, porque realmente no hay nada que nazca de dentro... Es un "Naci"-"miento".
     Prefiero aquellas otras personas que sí que se preocupan de que algo nuevo nazca dentro de ellos, que adornan su casa y su corazón, que decoran el exterior y el interior.
     Se acercan fechas claves para cualquier cristiano. Dios estará merodeando por el ambiente. Atrápalo y monta un Nacimiento dentro de ti.