13 de noviembre de 2014

Quiero un cura molongui


Estos días iba viajando en tren. Sentados detrás de mí estaban 3 jóvenes: dos chicas y un chico. Iban hablando de la boda de una de ellas, de los preparativos, de la ilusión que le hacía casarse, de cómo quería organizar la despedida de solteros, del menú... y de la ceremonia. Bueno, mejor dicho, hablaba del tipo de cura que quería que la casara con su novio. Ella dijo que quería un cura molongui, que no fuera aburrido.
En la soledad de mi asiento esbocé una ligera sonrisa y comencé a pensar qué es lo que le movía a aquella chica a querer tener un cura molongui en su boda. Quizá pretendía esquivar a esos sacerdotes que aburren incluso a las piedras de la Iglesia; quizá quería huir de esos sacerdotes moralistas, ritualistas y tantas otras cosas que terminan en "istas". O tal vez su intención era tener un cura simpático, gracioso, divertido y jocoso que en lugar de oficiar una ceremonia nupcial ofrezca a todos los asistentes (incluidos los novios) un monólogo como los que se sirven en televisión en el "Club de la Comedia".
Si les soy sincero, la actitud y el comentario de aquella chica no me sorprendió en absoluto. Un gran porcentaje de los novios que se casan hoy en día buscan un traje elegante, una Iglesia bonita, un banquete abundante y exquisito, un viaje exótico... y un cura molongui. En más de una ocasión han venido a mí parejas de novios queriendo tener una ceremonia "original", breve y amena. Son los menos los que vienen y te piden que les ayudes a descubrir a Dios en su relación de pareja. Y lo peor de todo es que en algunas ocasiones nosotros, los sacerdotes, caemos en esa trampa y les ayudamos a organizar una boda light, descafeinada, sin contenido, tan original, tan original que nos olvidamos incluso de Dios.
Por eso cuando alguien me dice que se va a casar por el Juzgado, por lo civil, por la Ley, porque no cree en el Sacramento, no solo no me ofende, sino que brota en mí el aplauso y el apoyo ante esas personas que quieren ser coherentes. Con las cosas de Dios no se juega. Si queremos un cura "molongui" es porque en el fondo también queremos un Dios "molongui", que no nos comprometa, que no nos exija.
Amiga que se va a casar, no te conozco lo suficiente, pero me atrevo a darte un consejo: búscate un cura que te ayude a entender el sacramento, que te acerque a Dios y te haga comprender la importancia del paso que vas a dar.

1 comentario:

  1. Tienes toda larazón en lo que dices pero bien sabes que tú: eres un cura molongui :-P

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