Quiero mandarte un mango musical, porque en estos días en que nos acercamos a la Navidad me acuerdo mucho de todos vosotros y de las horas y horas que hemos echado en la Parroquia ensayando villancicos para cantarlos después de la Misa del Gallo y dar un miniconcierto navideño con sabor a turrón, a mazapán, a champán y a polvorones. ¡Cuánto nos hemos divertido y reído, cuánto hemos disfrutado cantando los villancicos de toda la vida y otros más modernos! Y siempre a golpe (o a golpazos) de batería, al compás del bajo, con los acordes de la guitarra, los aires del clarinete o el saxofón y las deliciosas voces que campean por Arturo Soria... Igual me olvido de alguien, pero tú me puedes ayudar a refrescar la memoria: Jesús, Lucía, Pablo, Almudena, Dani, María Fernández, Frías, Irene, María Bueno, Fátima, Juani, Tere, Laura, las novicias Concepcionistas, tú yo... y alguno que venía "emocionado" de la cena y se nos acercaba para entonar y balancear a ritmo de villancico, ¿te acuerdas, verdad?
Y te digo que me acuerdo de todas estas cosas, porque por aquí estoy viviendo una experiencia muy curiosa y que me está gustando. Es lo siguiente: durante los 3 días antes de la Navidad la gente de la Parroquia antes de las 6:00 hs. de la mañana (sí has leído bien, a las 6:00) salen de sus casas en grupo, cantando villancicos, con guitarras, panderetas, maracas, tamboras... y se reúnen en la Parroquia para celebrar la Eucaristía. Se les llama "los aguinaldos". El ambiente que se monta es increíble, no parecen esas horas de la madrugada, la gente está despierta y cantan que no veas (el más dormido con diferencia soy yo, ¡ya me gustaría que fuera a otra hora!). Al terminar la celebración se toma un chocolatito caliente y cada uno para su trabajo, para la escuela o a donde vaya. La Iglesia se llena y se vive todo en un clima de cercanía, de fiesta y de celebración.
Está siendo para mí otra forma diferente de preparar la Navidad. Te aseguro que a las 5:00 hs. de la mañana no me apetece nada levantarme y doy un par de vueltas en la cama hasta que doy el salto, pero cuando estoy en la celebración agradezco a Dios la oportunidad de estar celebrando y viviendo con esa intensidad este tiempo cercano a la Navidad.
Te invito a madrugar, a que vengas a los aguinaldos de nuestra parroquia, a cantar villancicos, a tocar el bajo o a dar palmas entorno al Belén...
Bueno, Fran, disfruta el villancico sabrosón que te envío. Lo hemos cantado muchas veces y seguro que te traerá recuerdos a ti y a todos los que preparábamos los villancicos de la Parroquia. Me hubiese gustado enviarte un villancico caribeño, pero no lo encontré.
Feliz Navidad para ti, para tu familia y para los niños, jóvenes y no tan jóvenes del Coro de la Parroquia.
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