Ella nos quiere a todos nosotros, sus hijos. Seguro que todos hemos sentido en más de una ocasión los brazos acogedores de María, cómo ella nos acoge en su regazo y nos acuna y acurruca.
Pero ella, que tiene un corazón sencillo y grande, humilde y misericordioso, pone su mirada especialmente en aquellos más indefensos y desprotegidos, porque ellos están más necesitados de su amor.
Así actúa cualquier madre. Ellas nos quieren a todos, pero normalmente viven más preocupadas por los hijos más débiles. María actúa igual y por eso tiene, entre todos sus hijos, unos que son predilectos, preferidos, elegidos. A ellos les guiña el ojo y les tiende su mano cariñosa para ayudarlos a salir de la situación de desamparo en que viven.
¿Y quiénes son los hijos preferidos de maría de la Merced en estos días?
Muy fácil: los niños limpiabotas, las mujeres maltratadas, los inmigrantes haitianos que vienen a nuestro país buscando una vida mejor, los internos-presos de la Victoria y de otras cárceles del país que viven encerrados, olvidados y humillados por la sociedad, los ancianos que no pueden recibir una asistencia sanitaria digna...
Si hoy, mañana o cualquier día te encuentras con alguno de ellos -qué suerte tienes-, mírales directamente a la cara, porque estás viendo a algunos de los hijos preferidos de María de la Merced
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