Llevo sólo un día en Santo Domingo, y mi primer mango desde aquí quiero dedicárselo a Franchesca, una niña dominicana de 13 años que conocí hace unos meses en España, durante unas charlas misioneras que di en el Colegio Carrasco Alcalde de Herencia. Franchesca lleva ya varios años en España y en un momento que tuve de diálogo con ella, me hizo saber que echaba de menos algunas cosas de su tierra. "Es normal", le dije yo, "en Santo Domingo hay cosas muy lindas y es bueno que tengas recuerdos de allí".
Ella está en España porque su familia se marchó allí buscando oportunidades y un futuro mejor.
Ahora que estoy aquí en el Caribe quiero tener un recuerdo especial por Franchesca, aquella niña que me hizo sentir bien, aquella niña que me ayudó a recordar mis momentos en Santo Domingo.
Yo ahora estoy aquí donde seguramente tú, Franchesca, desearías estar junto a los tuyos, en tu cultura. Yo espero que algún día vuelvas y podamos encontrarnos aquí, igual que nos encontramos en España.
Franchesca, gracias porque en España me hiciste sentir muy cerca de Santo Domingo.
Un beso, y un mango dulce con todo mi cariño y deseando que todos tus sueños se vean cumplidos.
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