El suministro energético es malo y deficitario, mientras que las facturas de luz están por las nubes.
No hace mucho que vinieron a la Parroquia a cortarnos la luz porque nos habíamos retrasado un día en el pago. Mientras tanto tenemos que soportar que en nuestro Dispensario Médico se dañen los aparatos eléctricos que se utilizan para hacer pruebas a los pacientes, porque la luz se va y se viene.
¡Cómo puede funcionar un país donde no hay un flujo de energía normal! ¡Qué empresa va a invertir aquí!
El otro día en una zona de nuestro barrio me decían que a ellos casi no les cortaban la luz. Me sorprendió tanto que les pregunté: ¿Y qué ustedes hacen para conseguir eso? Nada, Padre -me dijeron-, simplemente que a nuestro lado tenemos un centro comercial que tiene luz a todas horas, y evidentemente a nosotros también nos llega sin recortes. Guau -le dije yo, relajando- nos vamos a cambiar a vivir aquí.
Este Gobierno y las empresas que llevan la administración de la energía eléctrica son rápidos en cortar la luz a la mayoría de lo ciudadanos, gente pobre y sin recursos, y lentos en cortársela a los más poderosos e influyentes. Este Gobierno es tardo en dar un buen servicio de luz, y pronto en cortarte la luz si dejas de pagar un solo día.
Así estamos. No sé si este Gobierno nuevo que ha salido arreglará algo esta situación. Lo veo difícil, porque venga quien venga son los mismos ladrones con diferentes armas.
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