Cuando uno vive en España y ve cómo los medios de comunicación se divierten buscando las miserias de la Iglesia, los errores de algunos sacerdotes o lo que ha dicho o no ha dicho o ha dejado de decir en el último comunicado tal o cual obispo, uno puede llegrar a pensar que la vida de un sacerdote importa poco a la gente y que para lo único que interesa es para alimentar el morbo.
Pues bien, si uno se viene a este otro lado del "charco" también algunas veces parece que el clero sólo interesa para burlarse de él o sacar a aquellos que son pederastas o tienen amantes o hijos clandestinos... Pero la vida te da sorpresas...
Miren lo que me ocurrió hoy. Terminé la Misa, me estaba quitando la estola y el alba y entra una señora en la Sacristía, y me dice: "buenas tardes, ¿puedo hablar con usted?". "Sí" -le respondí-. Y comenzamos el siguiente diálogo:
- ¿Y de qué quería hablar? -le dije yo-.
- Quería saber cosas sobre la vida religiosa y sacerdotal.
Me quedé sorprendido y mi primera reacción fue la de desconfiar:
- ¿Usted no será periodista? -le dije-.
- No -me respondió.
- Y entonces ¿por qué quiere saber eso?
- Porque me gusta conocer algunas cosas de la vida, y escribir experiencias. Me atrace la vida de la Iglesia y lo que muchas personas realizan en ella.
- Bueno, pues dígame e iremos respondiendo.
(Me fue diciendo pregunta por pregunta y le fui respondiendo. Aquí solo transcribo las preguntas, porque si pongo también mis respuestas sería demasiado extenso:
- ¿Cómo es la vida de un sacerdote? ¿qué renuncias debe hacer? ¿cuál es el trabajo principal de un religioso y sacerdote? ¿qué supondría para usted el tener que dejar de ser sacedote? ¿por qué uno elige esta vida?...
La verdad es que la conversación con aquella mujer fue muy interesante, porque mostraba un interés y capacidad de admiración muy grande.
Cuando se despedía me pidió que le orientara sobre alguna comunidad de religiosas porque también quería entrevistar a alguna de ellas y conocer.
Después de aquel encuentro con aquella señora, me sigo preguntando: ¿a quién le importa la vida de un cura?
A mí! Tengo esa misma fascinación por la vida de ustedes. Siempre que puedo les defiendo y dejó saber lo orgullosa que me hacen sentir y más los que están cerca de mi, los mercedarios. Tanto así que no puedo evitar sonreír nostalgicamente al ver el escudo, me trae un montón de amor al alma. He aprendido tanto, que se siente como cuando recuerdas tu pais.
ResponderEliminar