Jesús comenzó a dar un papel relevante a la mujer. Y tal y como escuchamos en el evangelio de este domingo, Él busca la igualdad entre ambos sexos. La mujer no es más que el hombre, ni el hombre más que la mujer. Se unirán, y los dos serán una sola carne.
Actualmente hay ya mayor igualdad entre hombre y mujer. El género femenino resuena con mayor fuerza y autoridad en nuestra sociedad, pero aún tenemos mucho camino que recorrer y muchos lugares y situaciones donde la mujer ve que le son robados sus derechos.
Otro de los sectores relegados a los últimos puestos y sin importancia dentro de la sociedad en la que vivió Jesús era el de los niños. Hasta que un niño no tenía los 12 años y eran presentados ya en el Templo no tenían derechos.
Jesús toma a unos niños, los abraza, los bendice y dice que de los que son como ellos es el Reino de los cielos. ¿A quién se le puede ocurrir poner como modelo a un niño que no representaba nada en aquella sociedad? –Sólo a Jesús.
Actualmente, por desgracia, muchos niños ven vulnerados sus derechos fundamentales: educación, sanidad, alimentación y recreación. Abracémosles y démosles lo que los niños se merecen. Sólo así estaremos imitando a Jesús.
Hola a todos, es verdad que gracias a Dios la sociedad a evolucionado en muchas cosas para mejor. Hay muchos niños con una buena calidad de vida, otros por supuesto que no, porque a muchos no les interesa. Respecto a la mujer, la balanza de la igualdad se va equilibrando, gracias a la educación de la misma, porque la ignorancia es motivo de esclavitud y sometimiento, cuanto más falta de cultura, más natural se ve ese sometimiento por parte del propio sometido. Una mujer empieza a ser o querer ser más libre y más igual al hombre, cuando empieza aprender, a estudiar, a culturizarse, a darse cuenta, en definitiva, que puede hacer las mismas cosas que un hombre, y no tiene por qué haber rivalidad, sino compañerismo y solidaridad entre ambos. Eso es guay. Emi.
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