Mango: Claro, Mango, ¿quieres que te lo diga?
Manguillo: Sí, por favor.
Mango: Porque Dios, que está en el cielo, nos envía su bendición en forma de gotas de lluvia.
Manguillo: Ah, ya entiendo.
Mango: ¿Pero, tú sabes, Manguillo, que también puede llover hacia arriba?
Mangillo: ¿Cómo? Eso no es posible.
Mango: Sí, amiguito. Cada vez que bendices a Dios, Él está recibiendo tus palabras como gotas de agua fresca.
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