Cuando yo era
pequeñito mis padres y mi familia siempre me educaron en la fe cristiana y me
mostraron a la Virgen María como modelo y ejemplo. Tuve la suerte de estudiar
desde edad temprana con las mercedarias y los mercedarios que me fueron
inculcando la devoción a la Virgen de La Merced. Ella protagoniza cada año las
fiestas de mi pueblo (Herencia) y ríos y ríos de gente van a visitarla en el
mes de Septiembre a besar su pie y pedirle protección a María. En el pueblo, de
forma cariñosa, a la imagen que allá se venera le llaman “la Hermosona”, porque
su rostro destella belleza y hermosura. Y es que realmente tiene un rostro bien
lindo.
He tenido la
suerte de predicar en dos ocasiones la Novena a la Virgen de la Merced en mi
pueblo natal. La primera cuando era un inocente sacerdote con tan solo un año
de ordenado. La segunda fue hace dos años cuando por el fallecimiento de mi
mamá (que se llamaba Mercedes, precisamente) estuve varios meses en la
comunidad mercedaria de mi pueblo natal.
Desde hace
cuatro años vivo en este rincón del mundo. Y una de las cosas que más me agradó
al venir fue descubrir que la Virgen de la Merced era aquí también la patrona. Me
gustó saber que donde iba a vivir la gente tenía la misma devoción que yo podía
tener hacia la Merced.
Aún así, con
el tiempo he visto que la devoción de la Merced no está tan extendida como yo
pensaba o quisiera.
Quizá hayan
influido algunas circunstancias históricas, políticas o religiosas, pero lo que
está claro es que NUESTRA PATRONA ES LA
VIRGEN DE LA MERCED. Yo no voy a entrar en rivalidades absurdas e ingenuas
comparando una advocación de la Virgen con otras. Ya sabemos y repetimos una y
mil veces que María es una sola y que lo importante es descubrir en ella a la
Madre de Dios.
Pero sí
quisiera decirles que podemos hacer mucho más por extender la devoción a
nuestra Madre de la Merced. Por dos razones: una, que ha sido, es y será
siempre nuestra Patrona; y otra, porque hablar de Merced es hablar de libertad.
En nuestro país falta libertad: no podemos andar por la calle porque tenemos miedo a que
nos den un palo o nos roben; no nos podemos fiar de la mayoría de los políticos
porque también roban; la justicia es una justicia interesada y comprada por los
más poderosos; las 24 horas de luz no pueden disfrutarla todos los ciudadanos;
no se reciben sueldos justos por el trabajo realizado; los jóvenes estudian
grandes carreras universitarias para luego quedarse en el paro o vivir de mala
manera; muchos niños deambulan hambrientos por nuestras calles…
¿Qué tú haces
para extender aún más la devoción a la Virgen de la Merced?
No hay comentarios:
Publicar un comentario