“Mucha agua
y mucha sed”, así se titula uno de los últimos discos de Migueli, un cantautor español
de música religiosa. Y hoy al leer el relato del encuentro de la Samaritana con
Jesús me ha venido a la mente ese título de este músico. Un título que encierra
mucho contenido y que es un análisis crítico de lo que hay a nuestro alrededor.
Hay mucha
agua, hay mucho talento, hay muchas cualidades, hay muy buenas intenciones, muy
buenas intuiciones, muy buenos deseos… En definitiva, hay mucha, pero que mucha
agua… pero la gente se muere de sed, por la falta de oportunidades, por la
falta de fe en las personas, por el egoísmo predominante en muchas personas,
por el abuso continuo e interesado de algunos.
¿Por qué
habiendo tanta agua, se muere la gente de sed? ¿Por qué habiendo tantos
recursos naturales se muere un niño de hambre o de sed en África cada 5
segundos? ¿Por qué habiendo tanta riqueza en nuestr país solo unos pocos pueden
disfrutar y “vivir la vida”? ¿Por qué habiendo tantas riquezas naturales en
nuestro país son los extranjeros turistas los que más disfrutan de ellas? ¿Por
qué habiendo tanto oro, eso está en manos de empresas extranjeras que no dejan
ningún beneficio en e país? ¿Por qué habiendo tanto arroz hay muchas familias
que no pueden llenar el plato de sus hijos?
Hermanos y
hermanas, hay demasiada agua, pero el egoísmo nos impide repartirla de forma
equitativa. Si tienes un poco de agua compártela, porque quizá a tu lado
alguien muere de sed.
Os animo a escuchar de ese disco la canción «A tiro de la vida nueva». Tengo la suerte de conocer a Migueli y a la persona que.se.la inspiró, mi amigo Roberto, que vive con chicos inmigrantes africanos como parte de su familia. Ellos si que se ponen a tiro de la vida nueva. Según me coloco me encuentro a la gente o no veo ni a Dios. Que sigamos teniendo mucha sed, y compartamos el buen agua con los más vulnerables.
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