Tienen una comunidad en aquel país, y desde el seísmo no han parado de estar al lado de los damnificados, enfermos y afectados por el movimiento de la tierra.
En el día de ayer, Mª Jesús, una Mercedaria de la Caridad de Valladolid, me daba la noticia de que nueve mercedarias españolas estaban llegando a Haití para cumplir en lo que puedan la misión de: "curar todas las llagas, remediar todos los males, no dejar en todo el mundo un solo ser sin recursos..." (P. Zegrí, fundador de la Mercedarias de la Caridad).
Gracias a personas como ellas, la gente más olvidada adquiere un papel protagonista, la gente más indefensa obtienen protección, y los últimos se convierten en primeros.
Gracias, hermanas, sois un testimonio para el mundo.
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