María sólo hay una

     Hoy en Misa, una niña vino a darme la paz, y se quedó mirando la estola que yo llevaba, y me dijo: "la que está dibujada ahí, Padre, es María". Yo la miré y le dije: "Pero, ¿qué María de todas?" -esperando que me dijera "de la Merced"-; y la niña me respondió levantando el dedo y reafirmando su respuesta: "la única que hay". Me eché a reír y empecé a reflexionar la respuesta que aquella niña de tan solo 5 ó 6 años me había dado.
    Y es que es verdad, cuánta inocencia y cuánta sabiduría hay detrás de las palabras de esta niña. Los adultos andamos preocupados con los títulos de María, que si del Carmen, que si de la Merced, que si de Guadalupe, que si de la Inmaculada, que si la Dolorosa... y ahí viene una niña a recordarnos que "María sólo hay una".
     Está bien que ensalcemos a María a través de sus cualidades y de su manera sencilla y peculiar de ayudar a sus hijos; pero nunca olvidemos que la madre de Jesús sólo es una, que nuestra madre sólo es una.
     Por este detalle, y por alguno más, es por lo que entiendo que Jesús dijera que había que ser como niños para entrar en el Reino de los cielos.