Ahora están muy de moda los programas de televisión donde algunas personas van a mostrar y demostrar todo aquello que son capaces de hacer. Suben a un escenario y muestran sus talentos ("talent show"). Pero ese formato no es para nada novedoso, tiene ni más ni menos algo más de 2.000 años, porque Jesús en la parábola de los talentos ya nos ofrece un ejemplo de ese tipo de programas.
Al igual que en estos programas, Dios juzgará nuestra capacidad de poner en escena aquellas cualidades que hemos recibido.
Por eso, según lo que escuchamos en el evangelio de este domingo, debemos andar vivos y despiertos para extraer de nosotros lo mejor que llevamos dentro.
Todos debemos preparar ese momento especial de encuentro con Dios en el que demostrar nuestros talentos. y el proceso que debemos seguir es sencillo: primero, tenemos que mirarnos por dentro; así descubriremos qué es lo que mejor sabemos hacer; luego, debemos ponerlo en práctica, compartirlo con otros, no dejárnoslo dentro, para que al final cuando estemos subidos en el escenario final de nuestra vida, Dios pueda decirnos: "muy bien, eres un empleado fiel y cumplidor".
¿Qué pasa, mangante, aún no conoces tus talentos? ¿a qué esperas?
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