Hago referencia a este pasaje del evangelio porque últimamente estoy viviendo experiencias que me hacen ver que lo poco es mucho, que el milagro de la multiplicación de los panes y los peces es real y todavía hoy ocurre.
Estoy teniendo la suerte de dar a conocer a mucha gente, niños, jóvenes y adultos, la realidad que los mercedarios vivimos en Santo Domingo y el trabajo que hacemos especialmente con los limpiabotas de nuestra Fundación. Eso está despertando sensibilidades y removiendo corazones que sienten nuestra misión como suya también. Al igual que en aquella explanada en la que Jesús sólo tenía cinco panes y dos peces, pero fue capaz de dar de comer a tanta gente, también ahora los cinco panes y los dos peces que la gente está aportando para la Fundación están ayudando a que los niños limpiabotas puedan saciar su hambre, ir a la escuela, curarse si están enfermos y jugar como niños.
Sencillos corazones mueven el mundo, sencillas personas hacen que lo poco sea mucho.
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