Me fascinó ver a los niños, a los jóvenes y a los mayores sintiendo a los niños limpiabotas de nuestra Fundación como si fueran sus hermanos, sus hijos, sus nietos...
Conseguí dar a conocer la labor que realizamos con los niños en Santo Domingo, pero yo también pude descubrir en todas las personas de la Parroquia un espíritu solidario y misionero.
Yo estoy actualmente en Santo Domingo, pero hay mucha gente de Valladolid que, aunque no físicamente, también tiene su corazón en Santo Domingo y siente los problemas de los niños limpiabotas como suyos propios.
A los niños de catequesis, a los catequistas, a los jóvenes, al Consejo Parroquial, al grupo de Vida Ascendente, a Caritas, a la ONG AL, a Crisol y los Crisolitos, a los padres de los niños de catequesis, a la comunidad mercedaria... os envío un Mango para que lo compartáis y lo saboreéis juntos.
Santo Domingo y Valladolid siguen estando a más de 7.000 Kms. de distancia, pero desde ese fin de semana los corazones de una y otra parroquia están unidos en un mismo fin: que los niños de nuestra Fundación sean felices.
Gracias a todos por ser misioneros en la distancia.
(Junto a los niños de catequesis)
(Junto a algunos jóvenes de la Parroquia)
(En diálogo con los más jóvenes)
Hola Santi. Hola Todos.
ResponderEliminarNo, Gracias a ti y a Tomas y a Pepe y a Yasmin y a Fidel y a... no quiero dejarme ninguún nombre...¡ A TODOS !, porque sois vosotros, todos vosotros quienes nos enviais ese espiritu misionero, porque lo poco lo haceis mucho, lo pequeño grande, lo feo bonito... Siempre he dicho, que os tengo "envidia", por todas las pequeñas grandes cosas que poneis en practica.
Aquí, sólo somos un pequeño grano de arena (y ya sé que me vas a decir que muchos pequeños granos de arena, hacen...).
En lo que a mi se refiere, me da un poco de rabia, cuando recojes una hucha, la abres, comienzas a contar los centimos y compruebas que podría haber sido más. Me da rabia cuando compruebas que nos has llegado a transmitir todo eso que siento, pero no decaigo, seguiremos avanzando y ojalá un día compruebe que ocurra lo mismo que en la parabola de los panes y los peces...
Este domingo pasado, en catequesis, les pregunte a los niños y niñas de mi grupo, qué les había parecido...su respuesta inocente y sabia, lo dijo todo. A la inmensa, inmensa mayoria, les había llegado tu mensaje, y tenían ganas de hacer cosas, de ayudar y de aportar. Hemos quedado en que de vez en cuando, llevaré una caja, y de su propina, colaboraran economicamente y de su boca darán a conocer y hablarán de la Fundación Niños Limpiabotas.
El mango, estuvo sabroso... como siempre. Muchos no lo habían probado... y lo que son las cosas...les ha gustado y te puedo asegurar que entre esos miles de visitantes del comomango, estan unos cuantos niños y niñas de catequesis de la parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Valladolid.
A todos vosotros...¡¡¡ Gracias !!!