La palabra loco significa que alguien está fuera de lugar, que hace
barbaridades, cosas extrañas y diferentes al resto de la sociedad, que su
comportamiento es raro.
Fíjense cuántas locuras hizo Jesús: se rodeó principalmente de
pescadores, gente sin estudios, para anunciar su mensaje; desafiaba
continuamente al poder político y religioso; se rodeaba de gente de mala
reputación; a pesar de que saben que le quieren apresar, entra en Jerusalén y
tira las mesas de los que comerciaban en el Templo; cura enfermos en el día
sagrado del sábado; dice que los más felices serán los pobres, los mansos, los
que pasan hambre y sed de justicia… No me digan que no hay razones para pensar
que Jesús estaba loco. Era normal que sus contemporáneos pensaran así. Pero
nosotros sabemos que “esa locura” era una “locura de amor” por Dios y la
humanidad.
Por eso, creo que lo mejor que podrían decir de los que formamos la
Iglesia en la actualidad es que estamos locos, porque si dicen eso de nosotros es
porque estamos siendo fieles a ese “primer loco” al que seguimos y que se llama
Jesús.
Hermanos y hermanas, qué bueno es estar loco.
Desde pequeños nos enseñan a hacer siempre lo correcto y a ser coherentes pero si siempre fuesemos coherentes el mundo nunca cambiaria.DIOS ESCOGIO LAS LOCURAS DEL MUNDO PARA AVERGONZAR A LOS SABIOS.
ResponderEliminarInteresante articulo
ResponderEliminarYo si que me identifico mucho con esta lectura, específicamente con este artículo.
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