Pero hay personas para todos los gustos. Les cuento. Uno de los días que estábamos promocionando el disco, un señor se me acercó y me dijo: "padre, ¿y no ha probado a hacer algo al estilo de los niños cantores de Viena, un poco más clásico, con mayor solemnidad, más órgano de Iglesia y así?".
"Ay pues no, -le dije con mucha diplomacia- pero lo tendré en cuenta".
Yo respeté, evidentemente, la opinión de aquel señor, pero claro está que no la comparto. Respeto que haya coros que canten con ese estilo, pero lo mío (lo nuestro) es diferente. Queremos transmitir a Dios con ritmos actuales, con melodías alegres, con instrumentos modernos, con música que enganche y cautive a las nuevas generaciones.
Entiendo que habrá gente que no le guste lo que hacemos o que prefiera otro estilo de música, pero estoy convencido, y por eso lo hago, que a la gente de hoy hay que hablarle de Dios con el lenguaje de hoy, con el ritmo de hoy y con la música de hoy.
Una de las propuestas más importantes del Concilio Vaticano II era la de vivir un "aggiornamento" (adaptación de la Iglesia a la modernidad). Por esa razón, y por muchas otras, que conmigo no cuenten para volver a melodías de antaño.
Santi pero que suerte tienen de tenerte alli,siguecon tu lenguaje de hoy y como tu quieras porque de lo que se trata es de llegar a JESUS,tu con tus mangos nos acercas a el.
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