30 de noviembre de 2013

Adviento, ¿para qué?


Hace unos días estaba hablando con una parroquiana y le estaba yo comentando que pronto comenzaría el Adviento. Ella me dijo: “¿y qué es eso?”. El tiempo de preparación para la Navidad –le dije yo. Y ella asombrada y absolutamente confundida me dice: “¿pero no es Navidad ya?”.
Esto que puede parecer una mera anécdota de una persona desorientada y con pocos conocimientos religiosos, está más extendido de lo que podrá parecernos.
Si salimos a las calles de nuestra ciudad y preguntamos a la gente que en qué época del año estamos, la gran mayoría nos diría que en navidad, convencidos y sin dudarlo.
Por eso, ante lo que vivimos, observamos y contemplamos a nuestro alrededor, ¿qué sentido tiene el Adviento? ¿para qué nos prepara si ya todo el mundo tiene puesto el traje de fiesta?
Es complicado hablar y orientar a la gente cuando los centros comerciales, las multinacionales y los medios de comunicación están dando otro mensaje.
Aún así, me resisto a caer y sucumbir ante ese acoso.
Por eso, hoy quiero decirles para qué sirve el Adviento:
-       El Adviento sirve para cargar las pilas, para llenar de esperanza a las personas que están tristes y sin rumbo en la vida.
-       El Adviento sirve para meditar, pensar y reflexionar hacia dónde van nuestros pasos y cuál es la orientación que queremos dar a nuestra existencia.
-       El Adviento sirve para pararnos en un cruce de caminos y mirar hacia todos los lados para poder elegir lo que más nos conviene.
-       El Adviento sirve para “ponernos morados”; sí, morados como la estola del sacerdote, color especial de este tiempo que nos evoca penitencia, sacrificio, conversión.
-       El Adviento sirve para hacer un hueco a Jesús en nuestras familias y prepararle un lugar agradable para nacer: un lugar libre de rencores y odios, un hogar libre de malas palabras e insultos, un lugar donde reine la paz…

Hermanos, hermanas, ¿y ustedes qué piensan? ¿para qué sirve el Adviento?

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