Hoy en día las empresas
compiten y luchan por ofrecer cosas nuevas en el mercado. Estamos cansados de
leer en muchos comercios: “Novedades”. Si se trata de ropa, nos ofrecen un nuevo
modelo, vestido, pantalón o camisa que va a la moda… Si se trata de celulares,
la novedad está en aquel teléfono que no solo te permite llaamr sino que se
conecta a internet, que tiene pantalla táctil y es más rápido… Si se trata de
un carro te ofrecen aquellos que consumen menos, que son más rápidos y más
baratos… Si se trata de una lavadora te venden la que no solo te lava, sino que
te seca la ropa, te la plancha y te la deja colocada en el armario… Ofertas,
novedades, descuentos… eso es lo que triunfa hoy.
Pero una
vez más Jesús nos viene a remover la conciencia y hacernos ver que el mensaje
que Él nos trae no es absolutamente nuevo, porque ya se había dicho en el
Antiguo Testamento. Lo que Él viene es a dar plenitud a ese mismo mensaje.
Los judíos
ya había leído en la Ley que tenían que amar a Dios y al hermano, pero se
habían olvidado. Los judíos había oído hablar de perdón, pero no lo ponían en
práctica. Los judíos sabían que iba a venir un Mesías Salvador, pero lo tenían
delante de sus narices y no lo reconocían.
Así eran
los judíos… y así somos nosotros: olvidadizos y despistados. Desde pequeños nos
hablan del amor de Dios y a las personas, pero no lo cumplimos, nos enseñan a
perdonar, pero no lo ponemos en práctica, nos presentan a Jesús como nuestro
Mesías y Salvador, y andamos por ahí con otros ídolos que nos traen “supuestas
novedades y ofertas” que en el fondo no nos dan felicidad.
Hermano y hermana, déjate impresionar por la NOVEDAD
del EVANGELIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario