No anden agobiados ni preocupados, dice Jesús en el evangelio
de este domingo. Y mientras nosotros vamos de acá para allá, con prisa,
nerviosos, angustiados, con prisa y tan afanados que nos olvidamos de vivir la
vida.
Los quehaceres cotidianos, el trabajo, la familia, los hijos,
los gastos diarios… muchas veces nos hacen vivir estresados y no nos permiten
disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida. Por eso, les propongo realizar
algunas cosas que nos ayuden a vivir con menos estrés y más al “estilo de
Jesús”:
- Vete un día a pasarlo con tu familia: a un parque, a un centro comercial, a la zona colonial, a la playa…
- Visita a los familiares del campo: los primos, los abuelos, los tíos… y comparte con tus seres queridos el tiempo que muchas veces no puedes darles en la semana.
- Sal a pasear solito… Camina y camina, sin prisa, sin rumbo, donde los pies te lleven, donde te apetezca.
- Lee un libro que te ayude a desconectar del ruido y preocupaciones del mundo.
- Escucha música suave, que te relaje.
- Túmbate en el jardín de tu casa, de noche, y contempla las estrellas, la luna y la paz que ellas te transmiten.
- Vete un día a pasarlo con tu familia: a un parque, a un centro comercial, a la zona colonial, a la playa…
- Visita a los familiares del campo: los primos, los abuelos, los tíos… y comparte con tus seres queridos el tiempo que muchas veces no puedes darles en la semana.
- Sal a pasear solito… Camina y camina, sin prisa, sin rumbo, donde los pies te lleven, donde te apetezca.
- Lee un libro que te ayude a desconectar del ruido y preocupaciones del mundo.
- Escucha música suave, que te relaje.
- Túmbate en el jardín de tu casa, de noche, y contempla las estrellas, la luna y la paz que ellas te transmiten.
Como ves, puedes hacer muchas cosas que te pueden ayudar a no vivir agobiado y preocupado. Sólo es cuestión de buscar tiempo.
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