Normalmente me fijo mucho en el evangelio de cada domingo y
el comentario lo centro en el mensaje de ese Evangelio. Pero hoy quiero girar
la mirada y ponerla en la Primera lectura de este Domingo, que está tomada de
los Hechos de los Apóstoles, porque particularmente siempre ha sido un texto
que me ha gustado mucho
En este relato se nos describe cómo era la primera comunidad
de creyentes, y se nos dice que todo lo tenían en común, que compartían los
bienes, que rezaban unidos, que se juntaban para celebrar la fracción del pan…
Y todo eso tenía dos consecuencias inmediatas: la gente se
admiraba y aplaudían aquel comportamiento de los cristianos; y al mismo tiempo
también eso provocaba que fueran muchos los que se unieran a la comunidad.
Nosotros seguimos siendo cristianos como aquellos primeros
seguidores de Jesús, y muchas veces salimos a predicar como misioneros, por las
casas, en nuestros trabajos y familias. Pero más allá de nuestras palabras lo
que hablan son los gestos. Si vieran que los seguidores actuales de Jesús nos
llevamos bien, nos valoramos, nos reunimos para rezar, compartimos los bienes
con los pobres… como hacía aquella primera comunidad, sin ninguna duda, serán
muchas personas las que queden admiradas, y muchos más también querrán seguir a
Jesús.
Por eso, si queremos ser
consecuentes con el mensaje de Jesús, debemos dejar a un lado los
enfrentamienos absurdos dentro de la Iglesia, las luchas de poder, las
rivalidades entre personas o grupos…y orar un poquito más unidos.
Esto me recuerda a la polemica surgida en Herencia esta semana santa,yo al no entender mucho del mundo cofradias,me acorde cuando Jesus dijo en esto reconoceran que sois discipulos mios... El nos dejo su mensaje alto y claro pero a veces estamos sordos.
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