Mientras que en nuestro país se habla de que
han “pescado” a los de Barrick Gold explotando a sus empleados, engañando al
Estado y queriendo llevarse todo el oro que encuentran, nosotros, en nuestra
parroquia vamos a hablar de otro tipo de pesca. La pesca que nos presenta Jesús
en el evangelio de este domingo.
Ya sabemos que Jesús llamó a 12
discípulos, entre los que la mayoría eran pescadores. Precisamente a muchos de
ellos, Jesús los llama mientras están faenando con las redes o preparándose
para salir a pescar. Y en muchas ocasiones utiliza comparaciones del trabajo de
pescadores, para que sus discípulos entiendan mejor el mensaje. Es el caso del
evangelio de este domingo.
Él les invita a remar mar adentro.
Y para remar necesitamos mar, una
barca y unos remos. El mar es la sociedad en la que vivimos. La barca está más
o menos clara: es nuestra familia, nuestra comunidad, la parroquia, la Iglesia…
Pero a veces nos faltan los remos.
¿Cuáles son nuestros remos hoy en día? ¿Cuáles son los medios que tenemos para
remar mar adentro, echar las redes y seguir siendo pescadores de hombres?
Tenemos la Palabra de Dios, esa nunca
falla, es válida para cualquier momento de la vida y quien se acerca a ella
encuentra la verdad.
Tenemos los medios de comunicación:
periódicos, revistas, tv, radio, internet… para anunciar su evangelio y
“convencer” a otros que el único que nos salva es Jesús.
Tenemos nuestro ejemplo. Si somos
coherentes entre lo que predicamos y hacemos muchos caerán en nuestras redes.
Tenemos los sacramentos que es una
oportunidad buenísima para acercar a las personas a Dios.
Tenemos remos, pero falta quien mueva
esos remos… ¿Te animas?
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