25 de julio de 2013

Una niña de gran corazón


En estos días ando por mi pueblo compartiendo la vida con mi familia y mis amigos. Y hoy me ha ocurrido algo que me ha descolocado por completo y me ha hecho ver cuán grande es el corazón y la generosidad de los niños, y qué fácil es encontrar a Dios en los gestos sencillos.
Estaba tranquilo en mi casa, cuando han llamado a la puerta una mamá con su niña de 9 años. He salido a abrir y me han dicho que venían a hablar conmigo y a darme algo. Les he hecho entrar en casa y la niña ha tomado la palabra y me ha contado que me conocía de una ocasión que fui a su colegio a hablar de las cosas que los mercedarios hacíamos en Santo Domingo. Después me ha dicho que me traía su alcancía (hucha) donde tenía todos sus ahorros de un año. Todo eso me lo daba para que yo se lo diera a los niños pobres con los que trabajo en Santo Domingo. Me le he quedado mirando a la niña con admiración y cariño, y no he podido decirle más que gracias en mi nombre y en nombre de los niños de Santo Domingo.
Al marcharse me he puesto a contar el dinero y había 223 euros. ¡Impresionante!
En la intimidad se me han caído unas lágrimas porque lo que había hecho aquella niña era un gesto de enorme generosidad. Aquella niña había renunciado a comprarse unos patines y estaba regalando 223 euros de alegría; aquella niña había renunciado a comprarse la muñeca más linda del mundo y estaba regalando su amistad a los más pobres; aquella niña había renunciado a comprarse un vestido monísimo, porque había aprendido que hay más alegría en dar que en recibir.
Me quito el sobrero, me inclino y me pongo de rodillas ante el gesto de esta niña, porque realmente ella me ha hecho descubrir a Dios. Gracias por mostrármelo.

1 comentario:

  1. Los niños son los mejores maestros...ya lo decía Jesús: "Dejad que los niños se acerquen a mi"

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