25 de noviembre de 2011

Día Internacional contra la violencia de género: no hay hombre ni mujer

     Hoy celebramos el Día Internacional contra la violencia de género.    
     Por desgracia aún muchos días nos levantamos sobresaltados por algún medio de comunicación que nos dice que una mujer más ha muerto a manos de su pareja. Y lo que no sale en las noticias son todas aquellas otras que sufren en silencio violencia, desprecio y humillación.
     Hay muchas formas de provocar violencia de género, de maltratar a la mujer y discriminarla.
     Nuestra sociedad, y en algunas ocasiones incluso nuestra Iglesia, deja a un lado a la mujer, la arrincona, la deja en el olvido y la excluye de las grandes decisiones, de dar una palabra en la marcha de los acontecimientos.
     En Gal 3,28 San Pablo dice que "no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, pues todos vosotros sois uno en Cristo Jesús".
     Es tiempo de que pongamos en práctica lo que dice San Pablo y dejemos de producir violencia soterrada y camuflada. Violencia de género no es solamente dar un puñetazo o un tortazo en la cara, violencia de género es también anular a la mujer en la sociedad o taparle la boca. Violencia de género es permitir que por motivos religiosos las mujeres tengan que ir tapadas y no puedan mostrar el rostro que Dios les ha regalado y ha sido creado para disfrutarlo y mostrarlo al mundo como prueba de que Dios vio que "todas las cosas eran buenas".
     Hoy yo me pregunto: ¿será violencia de género el que nuestra Iglesia no abra la puerta del sacerdocio a la mujer? ¿será violencia de género el que la jerarquía de la Iglesia esté compuesta sólo por hombres? ¿será violencia de género el hecho de que no haya rostros femeninos entre los que toman las grandes decisiones en la Iglesia? ¿será violencia de género el que en el santoral nos encontremos que algunas mujeres santas sean calificadas de "vírgenes" (Santa Paula, virgen y mártir; Santa Quiteria, virgen y mártir...), mientras que a ningún hombre santo se le atribuye esa cualidad? ¿será que sólo las mujeres son capaces de ser castas o es que los hombres ponemos como condición para ser santas a las mujeres el que sean también vírgenes?... Quizá aún en la Iglesia no hemos puesto en práctica las palabras de San Pablo de que no hay diferencia entre hombre y mujer, no lo sé, puede ser.
     Quizá vosotros, queridos mangantes, podáis dar respuesta a todos estos interrogantes y sacarme de la duda.


1 comentario:

  1. HOLA PADRE, ME HA ENCANTADO ESTE MANGO, YO TAMPOCO TENGO RESPUESTA PARA TUS INTERROGANTES, Y NO HAY DUDA DE QUE ES UNA DUDA MUY GRANDE, PERO ALGUN DIA LA IGLESIA CAMBIARA, IGUAL QUE CAMBIA LA SOCIEDAD, PORQUE SINO CADA VEZ TENDRA MENOS FELIGRESES, Y NO DIGO CREYENTES EN DIOS, SINO FIELES A LA IGLESIA Y SUS ALTOS CARGOS. ESTOY CONTIGO EN ESTE MANGO. UN ABRAZO. LA EMILIANA.

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