Así terminan las cosas en este país cuando un grupo de personas pide de una forma pacífica que se dedique el 4% del PIB a materia de Educación.
En mi vida pensé que unos paragüas (sombrillas) podrían ser tan peligrosos. Don Quijote confundió los molinos con gigantes, el Gobierno de este país confunde los paragüas con la pérdida del poder.
¿Dónde quedaron la libertad de expresión, la dignidad de las personas, el respeto y el diálogo? -Seguramente que en el despacho del Presidente, en una carpeta bien sellada, cogiendo polvo, de igual modo que el 4% del PIB que se debería destinar a Educación.
El mismo policía que agrede a los manifestantes seguramente tiene a sus hijos en una escuela sentados en el suelo porque no hay suficientes pupitres, sin libros porque no tiene con qué comprarlos, sin espacio suficiente de recreo para poder jugar, sin profesores competentes y responsables... Si el policía se quitara el uniforme probablemente tomaría también uno de los paragüas amarillos y se pondría frente al Palacio Presidencial para defender el derecho a una educación digna para sus hijos.
Una vez más, no interesa que el pueblo piense, que el pueblo hable y se exprese, porque peligra el poder de los "chupópteros".
Ved el vídeo, no tiene desperdicio.
Es por tanto que la mala educacion se paga caro, puesto que, la inversion que no se hace desde la infancia digase (4% del PIB y el 16% del presupuesto) despues hay que hacerlas en las carceles.Ya que con la educacin se combate la pobreza, la corrupcion, la violencia,la delincuencia, la insalubridad y cuantos males se puedan imaginar.Y es como dice Ortega y Gasset: "La peor fatalidad es la ignoracnicia y la miseria, y que con miseria y sin educacion, no puede haber democracia".
ResponderEliminar¡Los discursos ya cansan!
Sin embargom los resultados que exhibe nuestro sistema educativo son deficientes y de seguir ese derrotero solo nos garantiza una sociedad mediocre.Si no tomamos medidas y proyesctos de resolucion para combatir esta problematica, pues, a Republica Dominicana solo le queda el camino de la degradacion.
Yasmin Dishmey