26 de julio de 2014

Un corazón dócil


Si hoy Dios se dirigiera a algún político de la tierra y le dijera qué es lo que quieres para gobernar. La mayoría le dirían a Dios: quiero un gran palacio, quiero que todo el mundo me obedezca, quiero tener muchas posesiones y dinero, quiero que mi nación sea la más poderosa de la tierra...
Es así, no nos engañemos. No tenemos que encender la televisión, escuchar la radio o leer los periódicos y ver que son unos cuantos los políticos que abusan del pueblo, y solo buscan engordar sus arcas a cualquier precio. Es muy triste observar ese panorama. De todos modos en algunos países aún funciona la Justicia y pone a cada uno en su sitio, y si alguno ha robado más de la cuenta se le hace pasar una temporadita tras las rejas. No sé si en Rep. Dominicana ocurre eso.
Si hoy nos fijamos en la lectura del primer Libro de los Reyes que escuchamos en la Eucaristía, Dios le pregunta a Salomón qué es lo que quiere para gobernar. Y Salomón le pide a Dios que le dé un corazón dócil.
¡Qué diferencia entre Salomón y algunos políticos de hoy! Si todos estos políticos pidieran un corazón dócil para gobernar, probablemente desaparecerían las diferencias entre ricos y pobres, el abuso institucional, la corrupción, las estafas... y tantas otras cosas que hacen que el pueblo no crea en sus gobernantes.
Hermanos políticos: pidan "un corazón dócil", simplemente.

5 de julio de 2014

Listos y tontos


Ya sabemos que Jesús es un revolucionario, y que pone al revés todas las cosas de este mundo: los últimos serán primeros; bienaventurados los pobres, los hambrientos, los que lloran...; los que se creen que están salvados como los escribas y fariseos están condenados, y los que se creen condenados como las prostitutas, los publicanos o los enfermos están salvados.
Y hoy de nuevo Jesús en el evangelio nos vuelve a descolocar, porque nos dice que los tontos son listos, y los listos son tontos. Claro, Jesús es mucho más sutil y a nadie le dice tonto ni listo, pero en el fondo es lo que quiere afirmar. Los que se creen que los saben todo, que son sabios, que entienden y comprenden todos los misterios de de Dios y del Universo... son en el fondo unos ignorantes, porque a quien realmente Dios les cuenta las cosas y les hace entender su mensaje es a los ignorantes de la tierra, a la gente sencilla y humilde que tienen el alma mucho más cerca de Dios.
Esto deberíamos escucharlo más veces en nuestra Iglesia en donde nos pensamos que sólo algunos tenemos la capacidad de discernimiento de los Misterios de Dios, en donde nos pensamos que sólo nosotros podemos interpretar la Palabra de Dios.
Creo que estamos viviendo un momento crucial en nuestra Iglesia en donde debemos escuchar a las personas más sencillas y humildes del pueblo que nos ayuden a interpretar lo que Dios quiere de nosotros. Los ignorantes, los que no tienen estudios quizá estén más cerca de Dios que aquellos que hemos leído muchos libros.
Tal vez ahora, como en el tiempo de Jesús, los tontos no son tan tontos ni los listos son tan listos. Si vives cerca de alguna persona sencilla y humilde, escúchala, porque con toda seguridad estarás escuchando al mismo Dios.