26 de abril de 2014

La primera comunidad, y nuestra comunidad

Normalmente me fijo mucho en el evangelio de cada domingo y el comentario lo centro en el mensaje de ese Evangelio. Pero hoy quiero girar la mirada y ponerla en la Primera lectura de este Domingo, que está tomada de los Hechos de los Apóstoles, porque particularmente siempre ha sido un texto que me ha gustado mucho
En este relato se nos describe cómo era la primera comunidad de creyentes, y se nos dice que todo lo tenían en común, que compartían los bienes, que rezaban unidos, que se juntaban para celebrar la fracción del pan…
Y todo eso tenía dos consecuencias inmediatas: la gente se admiraba y aplaudían aquel comportamiento de los cristianos; y al mismo tiempo también eso provocaba que fueran muchos los que se unieran a la comunidad.
Nosotros seguimos siendo cristianos como aquellos primeros seguidores de Jesús, y muchas veces salimos a predicar como misioneros, por las casas, en nuestros trabajos y familias. Pero más allá de nuestras palabras lo que hablan son los gestos. Si vieran que los seguidores actuales de Jesús nos llevamos bien, nos valoramos, nos reunimos para rezar, compartimos los bienes con los pobres… como hacía aquella primera comunidad, sin ninguna duda, serán muchas personas las que queden admiradas, y muchos más también querrán seguir a Jesús.
Por eso, si queremos ser consecuentes con el mensaje de Jesús, debemos dejar a un lado los enfrentamienos absurdos dentro de la Iglesia, las luchas de poder, las rivalidades entre personas o grupos…y orar un poquito más unidos.

20 de abril de 2014

Domingo de resurrección: Señor, hoy te vi al amanecer



Hoy es Domingo de Resurrección y he decidido levantarme pronto. Realmente me gusta muy poco madrugar, pero hoy tenía un motivo especial: quería sentir la misma emoción que sintieron las mujeres que acudieron al sepulcro de Jesús y vieron la tumba vacía. Quería ver amanecer. Siempre me ha parecido una experiencia única. Así que puse el despertador y de un pronto me levanté de la cama y me subí al tejado de mi casa.
Y con los primeros rayos del sol te he visto, Señor, asomándote de puntillas a los tejados, alumbrando las casas de las personas que viven a mi alrededor, personas con pocos recursos, muy humildes, pero muy humanas.
Y te vi también cuando los árboles de la calle se movían al son del viento, como festejando y bailando que comenzaba un nuevo día.
Y te vi pasar también, Señor, en la señora que medio dormida, presurosa y sonriente marchaba por la calle camino hacia la Iglesia para celebrar tu Resurrección.
Y te vi en los caminantes que cada día madrugan para hacer ejercicio y comenzar el día "con salud".
Y te escuché en los pájaros que trinaban y adornaban la mañana con sus melodías.
Y te vi en una chichigua que a lo lejos se veía volar. Quizá un niño, quizá un adulto, que también se había levantado como yo para celebrar tu resurrección y que de esa manera quería anunciarlo a toda la ciudad.
Y te vi en las bombillas que alumbran la calle y que hoy parecía que no querían apagarse, porque también querían recibirte al amanecer.
Señor, hoy quise amanecer contigo y vivir de cerca tu Resurrección, llenarme de tu vida y sentir tu luz.
Por cierto, mangantes, hoy también desayuné muy tranquilo, con todo el tiempo del mundo, sin prisa, saboreando cada bocado y sintiéndome feliz porque Cristo, un año más, ha resucitado.
¡FELIZ PASCUA A TODOS!

18 de abril de 2014

Viernes Santo: Señor, hoy te vi en la basura


Hoy, Viernes Santo, las calles de la ciudad estaban desiertas, no veías a nadie, casi no había carros circulando, se respiraba silencio y paz...
Tan solo vi a un señor, sucio, desarreglado, despeinado, con la ropa desgastada y rota, que llevaba una funda de plástico cargada en sus hombros... En un momento de su andadura observé que se paraba y en un cubo grande de basura adentraba primero su cabeza, luego sus brazos y finalmente casi todo su cuerpo hasta la cintura. Sin ninguna duda estaba buscando algo: ¿comida? ¿ropa? ¿algo de valor para venderlo?...
Y descubrí que ahí estaba Dios, en ese basurero, en ese hombre que buscaba algo para poder sobrevivir. Y estábamos también cada uno de nosotros buscándote, como ese hombre, Señor. Porque tú no habitas en los palacios, tú estás en las casas de los pobres; tú no vas adornado de joyas y ropa cara, tú vistes de forma sencilla; tú no necesitas muchas cosas para el camino, tú te despojas de todo; tú no participas de grandes banquetes, tú te sientas a comer en una mesa humilde...
Hoy vamos a las iglesias a vivir tu Pasión y tu Muerte, también salimos a las calles para "procesionar contigo" y quizá Tú no estés ahí, porque estás en los basureros, a las afueras de la ciudad, donde viven los ignorantes, los pobres, los enfermos, los que huelen mal, los que no saben leer ni escribir, los que no tienen trabajo...

17 de abril de 2014

Jueves Santo: vi a Dios en una cama


En estos días de Semana Santa estoy dando Ejercicios Espirituales a las religiosas Mercedarias de la Caridad, y hoy he vivido uno de los momentos más emocionantes y tiernos de mi vida.
Al terminar la Celebración de la Última Cena, las hermanas y yo hemos hecho una pequeña procesión con el Santísimo. En dicha procesión hemos hecho dos paradas, en dos habitaciones de dos hermanas que por su enfermedad están ya encamadas.
El encuentro con una de ellas ha sido especialmente emotivo. Ella tiene Alzheimer y a veces "no se entera de la cosas", pero de vez en cuando da lecciones de cordura y de fe. Y hoy ha sido uno de esos días. Cuando la visitamos con el Santísimo, ella, que tenía una muñeca en sus manos, la soltó y abrazó con cariño la custodia, la besó y se unió a todas las hermanas cantando. Después le dije que le dijera algo bonito a Dios y me dijo, con dos lágrimas en los ojos, que no podía, que estaba emocionada.
Me llené también de emoción junto a ella (sé que alguna hermana también se emocionó) y tuve que contener las lágrimas porque realmente aquel gesto de ella me ayudó a descubrir a Dios en el Santísimo y en aquella hermana postrada.
Cuando volvía a casa en el carro, venía pensando en aquel momento maravilloso que había vivido, y pensaba: ¿Será que ella, con su Alzheimer, tiene mayor capacidad para "ver y hacernos ver a Dios"? -Probablemente.
Gracias, Señor, por haberte hecho hoy presente en el Sacramento del altar, y estar también en la cama de esta hermana Mercedaria.
Hoy quiero adorar tu Cuerpo y Sangre, Señor. Hoy quiero adorarte en la cama de esta hermana mercedaria donde te he visto claramente.

12 de abril de 2014

Palabras para la Semana Santa

Hermanos y hermanas, hoy estamos comenzando la semana principal para los cristianos: la Semana Santa. Durante estos días vamos a acompañar a Jesús en los diferentes momentos de su Pasión, Muerte y Resurrección.
Cada día vamos a tener la oportunidad de reflexionar entorno a lo que vivió Jesús. Por eso, sin grandes discurso, y con el solo deseo de despertar el interés ayudarnos a acercarnos poco a poco a lo que vamos a celebrar, les ofrezco algunas palabras que serán claves en estos días:

JUEVES SANTO: Última Cena, pan y vino, compartir, solidaridad, amor fraterno, oración, Cuerpo y Sangre de Jesús, Pascua judía, mesa redonda, comunidad de discípulos, encuentro…

VIERNES SANTO: Pasión, dolor, frustración, traición, muerte, sufrimiento, cruz, entrega por la Humanidad…

SÁBADO SANTO: Silencio, duda, espera, incertidumbre, espectación, desorientación, abandono, vuelta atrás, búsqueda…

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Alegría, Aleluya, paz, esperanza, nuevo mundo, nacer de nuevo, presencia de Jesús, apariciones, manifestación de Cristo resucitado, nueva vida…

5 de abril de 2014

Dando vida


Estamos acostumbrados a ver a Jesús predicando, curando a los enfermos, yendo de un pueblo a otro con sus discípulos… y hoy lo contemplamos resucitando a un muerto: su amigo Lázaro
Escuchar este evangelio en este tiempo de Cuaresma puede llamarnos la atención, porque realmente cuando hay que hablar de vida y resurrección es en el tiempo de Pascua. Pero este 5º Domingo de Cuaresma es un anticipo de lo que será la celebración de la Pascua, donde a través de este relato se nos expresa que para nacer hay que morir, que para resucitar hay que primero hay que perder la vida.
El encuentro de Jesús con su amigo Lázaro ya muerto supuso para Jesús un momento trágico y duro. Hasta dos veces nos dije el evangelista que Jesús estaba llorando. Y es que eso demuestra que realmente Jesús le quería y sentía un cariño especial por Lázaro.
Lo que hace Jesús en esta ocasión es demostrarnos que Él nos puede dar vida, que en la oscuridad Él es luz y en la muerte Él es vida. Lo que hace con Lázaro que es su amigo, lo hace cada día con nosotros a quien también nos brinda su amistad.
Por eso, a nosotros se nos pide dar vida también, ser generadores y portadores de vida e ir regalando alegría y felicidad a nuestro alrededor.