20 de abril de 2014

Domingo de resurrección: Señor, hoy te vi al amanecer



Hoy es Domingo de Resurrección y he decidido levantarme pronto. Realmente me gusta muy poco madrugar, pero hoy tenía un motivo especial: quería sentir la misma emoción que sintieron las mujeres que acudieron al sepulcro de Jesús y vieron la tumba vacía. Quería ver amanecer. Siempre me ha parecido una experiencia única. Así que puse el despertador y de un pronto me levanté de la cama y me subí al tejado de mi casa.
Y con los primeros rayos del sol te he visto, Señor, asomándote de puntillas a los tejados, alumbrando las casas de las personas que viven a mi alrededor, personas con pocos recursos, muy humildes, pero muy humanas.
Y te vi también cuando los árboles de la calle se movían al son del viento, como festejando y bailando que comenzaba un nuevo día.
Y te vi pasar también, Señor, en la señora que medio dormida, presurosa y sonriente marchaba por la calle camino hacia la Iglesia para celebrar tu Resurrección.
Y te vi en los caminantes que cada día madrugan para hacer ejercicio y comenzar el día "con salud".
Y te escuché en los pájaros que trinaban y adornaban la mañana con sus melodías.
Y te vi en una chichigua que a lo lejos se veía volar. Quizá un niño, quizá un adulto, que también se había levantado como yo para celebrar tu resurrección y que de esa manera quería anunciarlo a toda la ciudad.
Y te vi en las bombillas que alumbran la calle y que hoy parecía que no querían apagarse, porque también querían recibirte al amanecer.
Señor, hoy quise amanecer contigo y vivir de cerca tu Resurrección, llenarme de tu vida y sentir tu luz.
Por cierto, mangantes, hoy también desayuné muy tranquilo, con todo el tiempo del mundo, sin prisa, saboreando cada bocado y sintiéndome feliz porque Cristo, un año más, ha resucitado.
¡FELIZ PASCUA A TODOS!

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