3 de noviembre de 2012

Somos amantes


     Hay una palabra que se ha puesto de moda en nuestro mundo. Se trata del término: “amantes”. Escuchamos que hay “amantes de la naturaleza” (su actividad principal es la de conservar la naturaleza, el medio ambiente); existen los “amantes de los animales” (aquellos que se preocupan y cuidan de los animales, protegen las especies en extinción…); están los “amantes del cine” (llamados así porque tienen dominio de lo que hay en la cartelera y conocen los argumentos de las películas de cine); los hay también “amantes de las carreras” (aquellos que viven con intensidad cualquiera de las diferentes competiciones de automóviles o de motos)…
     Y también existen, por si no nos habíamos dado cuenta, los “amantes de Dios” y los “amantes del prójimo”. Desde que Jesús proclamó como mandamientos principales el amor a Dios y el amor a los demás, todos los que queremos seguirle nos convertimos en “amantes de Dios” y “amantes del prójimo”.
     El tema está en saber qué tipo de actividades caracterizan a este tipo de amantes. Me atrevo a decir algunas:
     Los amantes de Dios saben encontrar en cada momento, en cada detalle de la vida a Dios; son personas de oración, que huyen del ruido y buscan la manera de interiorizar; los amantes de Dios leen y escuchan la Palabra de Dios y no tienen miedo a decir que creen en Él….
     Los amantes del prójimo tienen detalles con aquellos que viven a su lado; buscan la manera de favorecer a los otros y no miran por sí mismos; los amantes del prójimo no molestan e insultan a los demás; protegen a los más desfavorecidos y luchan por la justicia; los amantes del prójimo hablan de paz y la practican…
     Por tanto, hermanos y hermanas, somos amantes de Dios y del prójimo… y si no lo somos, quizá estamos algo alejados del Reino de los cielos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario