7 de febrero de 2010

Hoy atracaron a la hermana Negrita

Hoy es Domingo. Por eso, esta mañana fui a la parroquia a la Misa de 8:30. Al llegar allí, algunas personas estaban un poco alteradas y nerviosas. Entraron en la Sacristía y empezaron a contarnos que hacía aproximadamente una hora la hermana Negrita había sido atracada y agredida al lado de nuestra casa, en un pequeño puente que atraviesa una cañada. Nos explicaron que estaba bien, y que lo que tenía era un hombro fracturado y un susto inmenso. Parece ser que cuando el atracador a mano de pistola le pidió el bolso ella se resistió y la tiró al suelo.
Negrita es una señora de nuestra parroquia, que tiene 72 años y que lo único que quería hacer era ir a Misa para animar los cantos de la celebración, ya que ella es la encargada de entornar las canciones. ¿Qué podía llevar en el bolso: un cancionero, una Biblia? ¿tanta era la desesperación del ladrón? -No sé.
Luego la gente comentaba que seguramente el atracador había sido un "Tiguere" (deformación de la palabra "tigre"). Os explico: los tigueres aquí son jóvenes de barrio, que no tienen oficio ni beneficio, que hace tiempo que dejaron la escuela o que nunca pasaron por ella, y que su hábitat natural es la calle. Muchos de ellos están enrolados en bandas callejeras o mafias que trafican con droga.
Creo que es injusto lo que le ha ocurrido a esta señora de nuestra parroquia y que ha sido la última víctima de un sistema injusto y corrupto. Y os explico por qué. Los tigres son los reyes de la calle porque la Policía no interviene y mira hacia otro lado, ya que ellos no se juegan la vida por cuatro perras que cobran. Si los policías se tapan los ojos, no os digo nada los políticos. Éstos no sólo se hacen los locos, sino que algunos de ellos están asociados con los grandes traficantes del país. Si los tigres llevan este tipo de vida, entre otras cosas, es porque no hay empleo; porque nadie, o muy pocos, se preocupan de la juventud, de buscarles un futuro digno, de ofrecerles talleres ocupacionales... y vendiendo droga sacan más dinero, y de forma más rápida, que si estuvieran trabajando.
Hermana Negrita, rece por el joven que hoy le atracó, probablemente nadie ha rezado nunca por él, y más grave aún, probablemente nadie le ha dicho todas las buenas cualidades que tiene, y se empeña en sacar su peor cara, su odio y su rabia ante personas indefensas e inofensivas.
Póngase bien, mi hermana, la necesitamos en la parroquia.

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