4 de febrero de 2010

Una ruta en Concho

¿Alguien se acuerda cuando en España se montaba toda una familia de 7 u 8 miembros en un 600 y cabían? -Cuando miramos hacia atrás y recordamos eso nos parece increíble.
Pues yo he vivido hoy algo parecido. Os cuento:
Aquí existen unos carros (coches) que realizan una ruta fija y que recorren una misma calle de arriba a abajo. Se llaman "Conchos". Pues esta mañana cogí uno de ellos porque tenía que ir con un compañero al Banco. Y todo ha sido como de película de Almodóvar, aunque luego comentándolo con mis hermanos dominicanos me decían que todo eso aquí es de lo más normal.
El carro, para empezar, parecía más propio para el desgüace que para transportar personas. Hacía tiempo que no se sabía el color del vehículo y las aboyaduras que tenía en la chapa hacían adivinar que en más de una ocasión había sido acariciado por otro carro.
Al ir a montarnos en el carro vi que el conductor estaba fuera con el capó abierto y estaba revisando algunas piezas del carro que no parecían estar demasiado bien. Después de 5 minutos nos montamos mi compañero y yo. Pero no estábamos solos. En la parte de adelante, junto al conductor, estaban dos chicas más, y en la parte de atrás estábamos compartiendo asiento un militar, un secretario de oficina y dos frailes. En total éramos 7, incluido el chófer. Al intentar cerrar una de las chicas la puerta de adelante, empezó a pegar portazos, ya que aquella puerta no parecía encajar. Después de varios intentos aquel trozo de chapa a la que llamaban puerta encajó y pudimos comenzar a rodar. Atrás íbamos algo apretaditos, porque ninguno de los ocupantes estábamos a dieta, y pensé: "menos mal que sólo es un ratito". Lo que más me sorprendió es que se creó un clima de familiaridad al instante y todos íbamos hablando unos con otros. Pero, como ocurre en tantas ocasiones en las que las personas se conocen poco, los temas de conversación giraron en torno al tiempo, la política y el deporte (en este caso, beisbol).
Al final llegamos a nuestro destino, pagamos nuestra tarifa: 35 pesos (0,70 €), y nos bajamos de aquel carro.
Después comentándolo con mi compañero ya me dijo que eso era lo más normal en Santo Domingo, que así iba mucha gente a trabajar, a la universidad, a recoger a sus hijos al colegio... Increíble, pero cierto.

1 comentario:

  1. Veo que estas viviendo unas experiencias buenisimas, y que nunca lo hubieras pensado. Te lo pasas bien y nos lo haces pasar a todos nosotros que nos dejaste una vez pasado el charco. Gracias por tu información, por tu buen humor y por hacernos vivir y comprender como se puede uno realizar en todas las partes con alegría y sacando chispa a la vida. Un abrazo MªJ.M.

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