22 de abril de 2010

Un Mango para Pablo

Hola, Pablo, ¿cómo te van las cosas? -Espero que bien.
¿Cuántos años tienes? ¿quince o dieciséis? -Te lo pregunto, porque mira lo que me pasó el otro día:
Estábamos en la parroquia ensayando una canción de rap con los niños limpiabotas, y yo llevé unas hojas con las letras de las canciones. Empecé a repartirlas, un folio a cada uno, hasta que llegué a uno de ellos que tiene tu misma edad, y me dice moviendo la cabeza que no. Yo me quedé parado y le dije: "cógela, es para ti, para aprender las canciones". Él insistía en que no la cogía. Yo no sabía qué hacer y por tercera vez le dije que tomara la hoja. Al final él me dijo: "no sé leer".
Esta experiencia, Pablo, me ha hecho pensar y ver que a veces los que quieren no pueden y los que pueden no quieren. Áquí hay niños que no van nunca a la escuela y no pueden aprender a leer; en España hay algunos que se pasan toda la vida en la escuela, pero la escuela no pasa por ellos y desperdician muchas oportunidades. ¡Qué mal repartido está el mundo!
No sé si tú serás de ese tipo de estudiantes, espero que no.
Bueno, chaval, aprovecha las oportunidades que estás teniendo en tu vida, que cuando vayas al Instituto todos los días te des cuenta que hay otros muchos jóvenes que no tienen todas esas oportunidades que tienes tú.
Un abrazo.
De mangante a mangante.

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