27 de noviembre de 2010

Otro Mango para mi sobrina Alicia

     Hola, Alicia, hace mucho que no hablamos. ¿Qué tal estás? ¿cuidas mucho de Marta? -Espero que sí, y que juegues mucho con ella.
     El otro día me acordé de ti. Te cuento:
     Cuando iba a comprar unas cosas, a las 11:00 hs. de la mañana, me paré en un semáforo, y como en tantas otras ocasiones, se acercaron diferentes personas que me querían vender muchas cosas. Pero mis ojos se fijaron en una niña pequeña, que tendría aproximadamente tu edad, 4 años. Ella iba descalza, mal vestida, la ropa sucia y rota, la cara mal lavada, el pelo despeinado con dos coletas improvisadas... Y me fijé que en la mano tenía un aro que lo movía. La verdad es que me pareció la niña más simpática del mundo y me recordó a ti cuando en este verano cogías los lapiceros y con gran alegría escribías las primeras letras del abecedario. Se me encogió el corazón, la llamé y le di una monedita.
     Luego estuve pensando sobre esta niña y el futuro que le esperaba. Probablemente no iba a tener muchas oportunidades de ir a la escuela, de estudiar y aprender las cosas de la vida. Probablemente iba a seguir siendo la niña más simpática del mundo, pero no iba a poder desarrollar todas sus cualidades.
     Te cuento todo esto, Alicia, para que reces mucho por ella y le digas a Papá Dios que la ayude.
     Un beso para ti, otro para Marta y otros dos para tus papás.
     Fdo.: tu tío el Mangante

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