22 de mayo de 2012

El Gorrión de mi Iglesia

     Desde hace un tiempo en la Iglesia de mi parroquia hay un pajarito, un gorrión que ha hecho un nido en la bocina (altavoz) de la megafonía del templo. Ha encontrado un agujerito y ahí que se ha metido para hacer su "hogar".
     Algunas veces es incómodo verle revolotear por la Iglesia mientras tenemos alguna celebración, porque continuamente sale del nido, se da una vuelta y vuelve. En algún momento he pensado que algo había que hacer porque evidentemente que puede dañar las bocinas y dejarnos sin megafonía en el momento menos pensado.
     Pero, en el fondo yo me identifico mucho con ese gorrión, creo que está buscando (y probablemente ha encontrado) lo mismo que yo busco (y que creo que también lo he encontrado).
     Me explico: aquel gorrioncito ha hecho su hogar, su vida, su nido en el templo, como yo que he descubierto y encontrado mi felicidad, mi vida siendo sacerdote, religioso mercedario, sirviendo al pueblo de Dios, cerca de su altar.
     Pero al mismo tiempo, este pajarito ha hecho su hogar en la bocina de la Iglesia, donde sale la música, donde se proyectan los acordes, las notas musicales que llegan a los fieles y les acercan a Dios. Yo también he escogido eso mismo: la música como fuente de evangelización, como plataforma para hablar de Dios.
     Todo ello lo he recibido de mis padres principalmente: ya mi padre desde pequeño me enseñó solfeo, música, y me mostró las maravillas de un arte que no tiene límites; mi madre me mostró dónde reside Dios, en lo más íntimo, en el corazón de las personas y en las buenas obras...
     No sé si el gorrioncito tiene nombre o no, pero me atrevo a pedirle permiso a Dios para bautizarlo y llamarlo: Santi.

4 comentarios:

  1. herenciana que busca22 de mayo de 2012, 15:19

    En casa hemos estado una semana sin ordenador ylo primero que he hecho es buscar tu blog y lo has vuelto a hacer,me has hecho llorar con esta historia,pero de alegria me gusta como logras ver a DIOS en todas las cosas.GRACIAS.

    ResponderEliminar
  2. ¡Cuánto me alegro de que llores... de alegría. Eso significa que estás viva y tienes sentimientos. Me alegra saber que te ha gustado la historia del gorrioncito. Y que sepas que si logro ver a DIOS en todas las cosas, es porque está ahí, sin dudas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Ese gorrión siempre nos desconcentra a Mayrett y a mi. A mi me parece bien que le pongan Santi se parece a un Santiago que conozco en muchisímas maneras.

    ResponderEliminar