22 de mayo de 2013

Un contrato indefinido



Hace unos días estuve en una Conferencia que organizaron diferentes Fundaciones e Instituciones de este país que trabajan por la niñez más vulnerada.
En la comida compartíamos mesa con otras instituciones. En un momento de la comida nos pusimos hablar de dónde trabajábamos, lo que cada Fundación realizaba con la niñez y cuáles eran nuestros proyectos a corto plazo.
En un momento de la conversación, una de las muchachas, al adivinar por mi acento que yo era español, me preguntó: "¿y usted cuántos años de contrato tiene para estar con su organización en nuestro país?"
Sonreí, la miré y le dije: "soy sacerdote, mi contrato es indefinido". Ella quedó algo cortada, quizá por el respeto y admiración que aquí se le tiene a los sacerdotes, o porque no se imaginaba que yo lo fuese, no lo sé.
Más allá de su reacción, la pregunta de aquella muchacha responde un poco a lo que nuestra sociedad institucionaliza: vivir algo por un tiempo, comprometernos durante una temporada, servir a los demás mientras quiera... Pero, ¿y qué hay de los compromisos a largo plazo? ¿de los contratos indefinidos? ¿de la apuesta por algo para toda la vida?
Lo vemos reflejado en los matrimonios (la gente prefiere juntarse y no casarse por si acaso...), lo vemos reflejado en la vida laboral (hoy trabajo aquí, mañana allí...),...
Aún recuerdo lo que me dijo Juan, un compañero de universidad cuando yo andaba estudiando Educación Musical, y que se sorprendía que yo fuera sacerdote: "Santi, está bien que seas sacerdote y fraile y todo lo que tú quieras, pero hombre... para toda la vida es un poco exagerado. Sería mejor que estés ahí unos añitos y luego te salgas y te busques una muchacha y tengas unos hijos...". Mi amigo Juan tenía otra mentalidad, su concepción de la vida era otra, pensaba en los proyectos a corto plazo, pero no se planteaba algo para toda la vida.
Creo que vivimos en un momento en que no se valoran los proyectos a largo plazo, se busca vivir el momento y disfrutar al máximo cada minuto. Es bueno que los jóvenes de hoy piensen y busquen "contratos indefinidos" que a la larga pueden darles mayores satisfacciones.

3 comentarios:

  1. Hermoso y admirable que todavía existan personas que dan su vida por entero al servicio de los demás, sea de la forma que sea.

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  2. herenciana que busca24 de mayo de 2013, 3:18

    Que suerte tienen de tenerte alli Santi,no sabes cuanta falta nos haces aqui ,aprendo mucho con tu blog,es un regalazo.

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  3. Herenciana que busca, me alegra que mi blog (que es tuyo también) te ayude tanto. Los regalos son para compartirlos y tú de vez en cuando compartes tu opinión con nosotros y eso nos hace crecer también. Sigue compartiendo con nosotros, sigue comiendo mangos y no dejes de ser mangante...

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