12 de octubre de 2013

¡Cuánto racismo!

Ya lo he dicho en otras ocasiones que a mí la situación que vivían los judíos y los samaritanos se me asemeja un poco a la relación que existe entre los dominicanos y los haitianos.
En el tiempo de Jesús los judíos miraban por encima del hombro a los samaritanos, los consideraban de segunda categoría e indignos del favor de Dios.
Espero que nadie se me ofenda, pero en estos últimos tiempos estamos viviendo a nivel institucional una clara demostración de racismo y xenofobia desde nuestro país hacia el pueblo haitiano. La decisión del Tribunal Constitucional de negar la nacionalidad a aquellos hijos de haitianos que han nacido en nuestro país es algo ridículo e inhumano. Yo no entiendo de leyes, pero sí de humanidad. Por eso miro nuestra sociedad y veo que explotamos a los haitianos, les damos los puestos de trabajo más denigrantes, les pagamos una miseria, no les cubrimos el seguro laboral, les ponemos a trabajar también los domingos… y luego ni siquiera somos capaces de permitir que sus hijos, nacidos aquí, crecidos aquí, educados aquí y que trabajan aquí, sean reconocidos como ciudadanos dominicanos de todo derecho. ¡Dios mío! ¿dónde vivimos? En cualquier país civilizado eso no ocurre. ¿Será que nosotros no vivimos en un país civilizado?
En el evangelio de hoy sólo el samaritano (el extranjero, el indigno, el infiel, el despreciable…), aquel al que los judíos miraban por encima del hombro, se acerca a dar gracias a Jesús por haber sido curado.
Dios está siempre del lado de los más desfavorecidos, por esto estoy convencido de que Dios está del lado de estas personas que han perdido su nacionalidad y ahora no saben si son dominicanos, si son haitianos o si no son de ninguna parte. Si algún día recuperan su nacionalidad mirarán al cielo y le darán gracias a Dios (como lo hizo el samaritano a sentirse curado), mientras que nosotros nunca jamás le hemos dado gracias a Dios por haber nacido de este lado de la isla y gozar de algunos privilegios.

4 comentarios:

  1. ¡Me encanta esta explicación tan sincera y valiente! En el fondo es mi discurso también en el primer mundo, donde hay que educar en las aulas a los chavales en la igualdad y dignidad de todas las personas. Sólo así podemos avanzar en el desarrollo humano. No hacerlo, supone estar anclado en un nivel de destrucción poco conveniente.
    Es cierto que desde la ignorancia y el desconocimiento antropológico algunos se permiten la demencia de ser "racistas" sin entender que este es un concepto inadmisible científicamente, porque sólo hay adaptaciones geográficas al lugar donde uno pertenece, grupos sociales y culturales, Y que en definitiva el llamado "racismo" es un tema de maltrato, de envidias, de inseguridades, de cuestiones negativas para el desarrollo humano. En el fondo, miedos que nacen desde la inseguridad y el dominio como contrapartida.
    Desde Madrid agradecer tus palabras valientes y liberadoras, que salen de un alma buena que no quiere sino el bienestar de la humanidad, Están dichas desde el corazón y para el corazón, y las recojo para m discurso en las aulas. Gracias Santí por ser así.

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  2. Saludos, Isabel, me uno yo también a tus palabras para denunciar allí en España y aquí en Rep. Dominicana estas situaciones de injusticia. Menos mal que Jesús pone algo de cordura y justicia con sus palabras y nos recuerda en el evangelio una y otra vez cómo debe ser nuestro comportamiento. Que más allá de que uno sea samaritano o judío, dominicano o haitiano, españolo o rumano... somos personas, hijos de un mismo Dios, que nos ve a todos igual. Un abrazo para ti, Isabel y riega estas ideas en tu aula.

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  3. Señores esto se comenta solo por el hecho de que los haitianos, en su gran mayoría, son negros y muy pobres. Si la frontera fuera con Puerto Rico sería otro cantar.
    Pero no debemos cargar el dado a la República Dominicana ya que en los países del primer mundo los hijos de los "ilegales" no son del lugar que nacen sino que tienen que tomar la nacionalidad de los padres, ejemplos tengo de sobra aquí en Barcelona, España.

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  4. Todos hablan del supuesto racismo y maltrato de los dominicanos hacia los haitianos, pero nadie dice nada del trato que le dan los políticos corruptos y la elite haitiana a su propio pueblo, a los haitianos pobres que son la mayoría. A nadie en Haití le importa la suerte de esta gente. No son respetados y se les niega todos sus derechos. El estado haitiano no les da documentos de identidad, no son ni siquiera registrados al nacer. No les garantizan ninguno de los servicios básicos para que tengan una vida digna. Los tienen sometidos a la más espantosa miseria para obligarlos a emigrar a República Dominicana con el fin de salir de ellos. ¿Cuándo un negro maltrata a otro negro de su propia tierra se considera racismo? ¿En este caso quienes son los samaritanos y quienes son los judíos?
    Los defensores de los derechos humanos también tienen mucho trabajo en Haiti.
    ¿Hay derechos humanos para los dominicanos?
    Los dominicanos están entre los grupos más abusados en Puerto Rico, pero a los defensores de los derechos humanos no les interesan estos grupos. ¿Sera porque no son negros? ¿Será que los derechos humanos existen solo para los haitianos? ¿O la idea es solo difamar a la Republica Dominicana?

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