11 de octubre de 2014

El traje de fiesta



Este Domingo el Evangelio nos ofrece de nuevo otra parábola para entender el Reino de Dios.
El final de esta parábola se fija en alguien que, estando ya dentro del banquete, no estaba con el traje apropiado para dicha fiesta.
El Reino es como una fiesta al que todos estamos invitados, pero no todos llevamos el traje de fiesta. Cuando Jesús dice traje no se refiere a la chaqueta y la corbata, al vestido elegante, a las joyas preciosas... No, no. No habla de esos trajes y adornos.
He aquí algunas cosas que quizá puedas ponerte para estar "apropiado" para el banquete del Reino:
- Un pantalón de generosidad
- Una camisa de amor
- Unos calcetines de humildad
- Una chaqueta de acogida
- Una corbata de misericordia
- Un reloj de paciencia
Y si eres mujer, también puedes llevar puesto al Banquete del Reino todo esto:
- Unos zapatos de cercanía
- Un vestido de coherencia
- Un collar de justicia
- Una pulsera de libertad
- Unos pendientes de paz
- Un maquillaje de sinceridad
Si abres tu armario y ves que no tienes nada de esto, es porque no tienes "traje de fiesta". Pero aún estás a tiempo de conseguirlo. Sal a la calle y comparte con la gente, llora con el que llora, ríe con el ríe, camina con el que camina, siéntate con el que está sentado... y poco a poco, casi sin darte cuenta tendrás el "traje de fiesta".


1 comentario:

  1. herenciana que busca13 de octubre de 2014, 8:06

    Que bonita reflexion,como siempre haces lo complejo sencillo .

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