18 de enero de 2012

Hipo y Leo

     Hace tiempo que no publico ningún cuento. Al hilo de lo que se está viviendo en la sociedad dominicana en estos últimos meses, ahí va esta historia de unos animales de la selva. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia:

     "Había una vez en la selva dos animales muy famosos, muy conocidos. Todos los demás habitantes de la selva les conocían.
     Uno era el León y daba órdenes a todos los otros animales. Cuando alguno se pasaba de la raya, Leo -que así le llamaban el resto de animales, porque era de los pocos que sabían leer- rugía y, por miedo, nadie se atrevía a levantar la voz. Llevaba tanto tiempo como rey de la selva que se creía con autoridad para hacer lo que quisiera y como quisiera.
     El otro animal era el Hipopótamo. Se pasaba horas y horas en el río, disfrutando del agua, y le importaban bien poco los problemas del resto de animales. Cuando algún habitante de la selva venía a pedirle ayuda, él abría la boca y se reía, pero no movía ni un dedo. Hipo -que así le llamaban el resto de animales, porque cuando tragaba mucha agua le entraba hipo- ya había sido el rey de la selva, pero ahora vivía tranquilo y feliz sin complicarse la vida.
     El caso es que un día Leo decidió dejar de ser el rey de la selva. Y convocó unas elecciones. Hubo algunos que se lo pensaron: el mono montó un discurso en el que todos se rieron a carcajadas, la jirafa prometió estar siempre atenta y divisar, con su cuello largo, a todos los que vinieran de fuera, el loro estuvo hablando durante varios días y dejó a todos cansados y aburridos...
     Finalmente, Hipo decidió presentarse como candidato. Su única promesa para los demás animales de la selva era compartir y repartir mejor el agua del río para que llegara para todos. Dijo que haría canales, caídas de agua, presas... Pero en el fondo todos los otros animales sabían que Hipo nunca haría eso, porque cuando gobernó la selva nunca hizo nada. Bueno sí, -perdón- arruinó las plantaciones de plátanos, de mangos y aguacates, porque no dejaba que saliera el agua del río y regara los árboles. Eso hizo que durante unos años los animales casi no tuvieran nada para comer.
     Leo pensó en no presentarse a rey de la selva y puso a su hijo Nilo -que así le llamaban el resto de animales, porque nació a orillas del Nilo-. Además, para que todo siguiera en casa y Nilo no hiciera barbaridades convenció a su esposa Arita -que así le llamaban el resto de animales, porque le gustaba pasear por entre las palmeras luciendo su larga cabellera y su aretes-. De esta forma Leo seguiría siendo el rey de la selva, pero no tendría que dar ningún discurso, ni aparecer en actos oficiales...
     Aún no habían llegado las elecciones a la selva, quedaban unos meses. Pero muchos animales estaban nerviosos porque dependiendo de quién saliera, podrían seguir cumpliendo su misión. Y es que la vida en el mundo animal era así. Los buitres no sabían si podrían seguir devorando a los otros animales, las serpientes no sabían si podrían seguir picando a sus víctimas e inyectarles su veneno, el elefante no sabía si podría seguir aplastando todo lo que se le pusiera por delante...
     Ahora, Hipo y Leo están ocupados y preocupados en comprar votos a los diferentes animales para alzarse con la victoria y estar (o seguir) en el poder.
     Total que la selva es la selva y, por desgracia, está en manos de dos animales manipuladores y mentirosos que sólo quieren aprovecharse del resto de animales".

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