30 de enero de 2012

Un Mango para Koldo


     Hola, Koldo, hace tiempo que no hablamos pero quería enviarte un mango de los que te gustan a ti, de esos que interrogan y ponen ciertas cuestiones eclesiales sobre la mesa.
     Te cuento... Como ya sabes he estado unos meses en España, en mi querido pueblo de Herencia compartiendo vida y fe con la gente del lugar, y muchos días cuando daba la comunión miraba a la gente a la cara y muy pocos me miraban a mí a la cara, ni tan siquiera al pan consagrado que estaban recibiendo. La mayoría agachaban la cabeza, decían "amén" entredientes, apenas perceptible, cogían la comunión o la recibían en la boca y se iba para su banco (Tú fíjate en la gente de Valladolid a ver si hace lo mismo).
     Hoy, aquí, en Santo Domingo, al dar la comunión a la gente de la parroquia, veía que las personas me miraban a los ojos, o miraban al pan consagrado, decía "amén" con claridad, y abriendo las manos o la boca recibían a Jesús. Me parecía estar en otro planeta.
     Yo me pregunto: ¿por qué habrá tanta diferencia entre unos y otros? ¿por qué muchas personas en España comulgan con un "rictus de tristeza" y aquí casi siempre al comulgar las personas esbozan una sonrisa? ¿será que Dios es diferente o los que somos diferentes somos nosotros?
     Yo no digo que tengamos que recibir a Jesús en la Eucaristía con pitorreo, de juerga, con chercha o relajo, pero sí digo que debemos recibirlo con alegría, con mucha alegría, porque es el mismo Dios que está ahí.
     Podemos decir que es algo cultural, que somos pueblos distintos, formas diferentes de comprotarnos y de expresarnos, pero yo creo que va más allá.
     Lo cierto es que no pretendo dar lecciones de liturgia ni de fe a nadie. Estoy seguro que las personas en España viven su fe con mucha autenticidad, pero nos falta expresarlo con la cara.
     Bueno, Koldo, ahí te va este mango en forma de reflexión para que la próxima vez que comulgues sonrías, y la próxima vez que celebres la Eucaristía le digas a la gente de Valladolid que sonría al recibir la comunión.
     Un abrazo, mangante.

9 comentarios:

  1. Buenas tardes Santi y a todo@s, en parte llevas razón pero es que todos los sacerdotes no sois iguales ni pensáis igual como vas a ir a comulgar con un sacerdote que antes de dar la vendicion dice que cuando se comulgue todo el mundo la coja con la mano por no tiene porque vernos la boca a nadie y otras muchas cosas. Nunca puede ser igual y oye ese "pitorreo" ea una palabra herenciana jeje

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  2. Gracias por tu mango, mangante. Es verdad que hace mucho tiempo que no nos comunicábamos, pero estaba al tanto de tus quehaceres en el pueblo. Desde el mercadillo hasta el concierto de Navidad.
    Es curioso el tema que me propones. Hace tiempo me pasó una cosa curiosa que justamente coincide con el tema.. Una señora que venía a comulgar con frecuencia, casi a diario, me dijo que por qué sonreía cuando daba la comunión. No supe qué responder en ese momento, pero pensé que si no somos capaces transmitir en ese momento un poco de felicidad, de gozo y de paz, qué estamos repartiendo.
    A veces los sacerdotes, como los mismos cristianos, caemos en una rutina fría, perdemos el sentido auténtico del gesto de amor que celebramos, y hasta da la impresión de que vamos a regañadientes y enfadados a esa Celebración, como a muchas otras celebraciones de nuestra fe.
    Sería bueno comenzar por eso, transmitiendo el celebrante a los cristianos la alegría que supone que recibamos al Señor, y con Él, a todos y a cada uno de nuestros hermanos hermanas.
    Un fuerte abrazo, y que sigas con alegría en la tarea de anunciar a ese Dios que apuesta cada día por los más débiles.
    Koldo

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    1. Hola, Koldo, yo le daría tres razones a la señora que te preguntó por qué sonreías al darle la comunión: por ella, por ti y por Dios. Por ella, porque recibe a Dios; por ti, porque te ha elegido para "repartir" su pan; y por Dios, porque quien está junto a Él encuentra la felicidad.

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  3. quizá haya razones culturales detrás de eso...pero la diferencia radica en lo que "somos", nos expresamos comos nos sentimos, como nos vivimos.. porque Dios se manifiesta de igual manera a todos:
    Si somos cristianos agradecidos por recibir el cuerpo de Cristo que se ha partido y entregado por amor, vamos sonrientes, deseosos de participar de ese alimento que nos fortalece.
    Si somos cristianos cabizbajos, de los que no se sorprenden del milagro del "pan", iremos tristes...porque no vemos encuentro con Dios.
    Gracias por compartir cosas tan interesantes y que tanto nos enriquecen. Un abrazo desde Herencia

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  4. hola Santi ciertamente este tema lo hemos hablado en alguna ocasion y es cierto¡¡¡...pero yo creo que es un tema cultural...y tambien decir que todos los sacerdotes no opinan como tú, no ven una demostracion de alegria sinó una falta de respeto...aún así me alegra ver estos mangos porque nos hacen reflesionar...saludos...
    ¡¡¡muy bien ese pitorreo herenciano¡¡

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  5. Veo que este mango ha suscitado bastantes comentarios, o al menos más de los que yo me esperaba. Me alegro que todo esto nos ayude a reflexionar y pensar cómo vivimos nuestra fe, para mejorar y ser más auténticos. Simplemente quiero decir que cada uno comulgue como quiera, pero que si no somos capaces de expresar la alegría por fuera, que al menos lo hagamos por dentro.

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  6. Hola Santi, quiero comentarte que en relación con este art. que si en Herencia tomamos la comunión con la cabeza cabizbaja y serios, es por humildad cultural y porque así siempre nos lo han inculcado. Recibimos a Dios con el corazón, nos fortalece la fe que es el tesoro más grande que tenemos. Cuando termina la Eucaristía yo trasmito la alegría que siento sobre todo a los niños. Además no creo que sea un falta de respeto no mirar al sacerdote a los ojos cuando comulgamos.
    Soy catequista, y en catequesis eres un ejemplo a seguir paro los niños y pedimos por ti.

    Te echaremos de menos.

    PD. Que sepas que este año en el ofertorio del Carnaval algunas catequistas nos vamos a quedar sin ver el desfile por estar colaborando con la campaña contra el hambre.

    Una catequista

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  7. Hola Santi yo creía que estabas por Herencia todavía, estarán contentos ya te tienen allí. Sobre tu reflexión, quería contestarte o darte mi opinión sobre como recibir la comunión, no estas falto de razón ,pero tan bien depende mucho de la catequesis que cada cual hemos recibido, ya los que tenemos una edad, aprendimos que comulgar es recibir a Dios con recogimiento y sin distracción. Quizás por eso tu eches de menos esa alegría exterior y el agradecimiento con la mirada a la persona que nos reparte la comunión. Sería bueno que todos los días pudiéramos oír misa con personas tan campechanas como tu, aquí te echaremos de menos pero sabemos que en Santo Domingo hacen falta gente como vosotros. Tu madre desde el cielo y tu padre en la tierra tienen que estar orgullosísimos de ti. Un abrazo de esta herenciana.

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    1. Hola, Herenciana, es cierto que muchas veces somos producto de lo que nos han enseñado y la forma como nos han formado, pero siempre estamos a tiempo de ver las cosas de otra manera, al menos así pienso yo. Yo no digo que tengamos que comulgar ya todos con una sonrisa de oreja, que cada cual lo haga como quiera, porque somos libres. Pero que nunca nos falte la alegría interior, que es la que realmente ve Dios. Y que sepas que yo también echo de menos mi pueblo de Herencia, y a vosotros. he vivido unos meses fantásticos, y no sé si irrepetibles, nunca se sabe. Un abrazo desde estas tierras de misión hacia esas tierras también de misión.

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