Lo que sudé en 10 minutos...

     Como todos saben en los próximos días en este país habrá elecciones, y cada partido organiza su fiesta, su manifestación pública, su marcha para conseguir adeptos por las calles de la ciudad.
     Pues bien, el otro día salí de mi casa con el carro de la Fundación, y al adentrarme en una de las calles de mi barrio -ay, madre mía-, me metí, sin querer en una de esas marchas de uno de los partidos políticos. La gente iba con banderitas, aclamando y coreando a su líder, con los colores de su partido político. Y ahí que me metí, sin comerlo ni beberlo. Ya no podía ir para atrás, miraba a mi derecha y a mi izquierda con cara de asombro y vergüenza, al mismo tiempo. Y pensé: cualquiera que me vea ahora en esta fila de carros piensa que la Fundación Niños Limpiabotas apoya también a ese candidato político. Vi cómo alguna gente hacía fotos y cada vez que divisaba una cámara que amenazaba disparar, me tapaba disimuladamente la cara, para que, ya que no podía borrar los logotipos de la Fundación de la camioneta, al menos mi rostro no saliera en ninguna foto.
     Sólo de pensar en que alguna gente podía asociar a la Fundación, o a mí mismo, con aquel partido político me abochornaba. Empecé a sudar y rezaba a Dios que pudiera encontrar pronto una salida ante tal situación comprometida y comprometedora.
     Por fin, en la siguiente calle encontré una salida y me marché de aquella caravana de peregrinos buscando votos por las calles de mi barrio.
     Ya en la otra calle respiré y, aliviado por haber salido de aquella situación, empecé a reírme solito.

     "Ay Dios, -pensé- ya me imagino mañana el titular: Fundación Niños Limpiabotas La Merced apoya al candidato X". Menos mal que nadie tuvo esa mala idea.